La CHE inicia la prueba piloto para mover sedimentos en Mequinenza

Los trabajos se han iniciado hoy y el fin es hallar el mejor método para quitar el poso

El embalse de Mequinenza, en una imagen de archivo.

El embalse de Mequinenza, en una imagen de archivo. / ep.

El Periódico de Aragón

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La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha iniciado hoy la prueba piloto para movilizar sedimentos desde el pantano de Mequinenza en una acción que se extenderá hasta junio. Concretamente, según explicó Lorenzo Polanco, director de las obras y jefe del área de Gestión Medioambiental de la CHE, los trabajos han comenzado con el dragado de sedimentos acumulados en la desembocadura del río Segre, en la zona del campo de regatas de Mequinenza.

«Se trata de un proyecto que consta de tres fases y cada una de ellas durará dos años. Ahora nos encontramos en mitad de la primera, donde este proyecto piloto es uno de los acometidos principales. Esta prueba nos determinará qué metodología, extracción o vertido es la más eficaz y eficiente para retirar los sedimentos», explicó Polanco.

Durante este tiempo, hasta junio, se realizarán extracciones con excavadoras y por succión y se movilizarán hasta 12.700 metros cúbicos. El objetivo es analizar y evaluar «los rendimientos y costes» de movilizar los sedimentos depositados en estas zonas. Una batimetría previa ha identificado hasta 20 hectómetros cúbicos de sedimentos en el embalse de Mequinenza. «Hay que tener en cuenta los costes, pero una vez que tengamos los resultados de esta fase nos podremos decantar por una u otra metodología», añadió Polanco. Dichos informes se esperan para finales de este año.

Dinámica natural

Durante el día de ayer, una retroexcavadora empezó a trabajar en la limpieza del tramo entre dos espigones que se van construir. «Ese material se cargará en el camión y lo verterá en el canal preferente del Segre, que es una zona del río que tiene profundidad. La idea es transportarlo en corto y, una vez aquí, aprovecharemos la dinámica natural del río para ir desplazándolos embalse abajo», explicó Polanco. «Todos los caudales que vienen de aguas arriba, con su duración temporal, y el descenso de la cota de lamina de agua son los tres elementos que nos darán la movilización de los sedimentos», indicó el jefe de las obras.

A principios del próximo año, se realizarán trabajos en la zona próxima a las piscinas de Mequinenza. Aquí se utilizará «una variante» de transporte con bombeo por tubería, con sedimentos antes mezclados y diluidos en agua. Paralelamente a esta acción, se van a desarrollar vuelos con drones para comprobar la turbidez del agua que pudiera surgir fruto del movimiento de los trabajos, detalló Polanco.

«Con todo esto podremos tener una valoración muy específica sobre qué es lo mejor», insistió Polanco. A final de año también se pretende tener, a nivel teórico, el diseño de las pruebas de la segunda fase.

Esa segunda fase, que se corresponderá a los años 2025 y 2026, consistirá en llevar a cabo «pruebas piloto similares a esta» en otras zonas, aguas abajo del embalse de Mequinenza. Por ejemplo, en la desembocadura del río Matarraña.