Ciclismo y mucho más

Los zaragozanos y los visitantes disfrutan y se divierten en una jornada en la que también fueron protagonistas

El público fue de lo más variopinto pero todos los espectadores coinciden el placer que es ver la ciudad con tanto ambiente

Un espectáculo circense entretuvo la espera a los zaragozanos en el Paseo María Agustín

Un espectáculo circense entretuvo la espera a los zaragozanos en el Paseo María Agustín / Jaime Galindo

Arturo Pola

Arturo Pola

Pocos acontecimientos deportivos mueven masas y arrastran tanta gente como lo hace la Vuelta Ciclista a España. Una carrera que trasciende lo deportivo y que gusta por igual a jóvenes y mayores como quedó patente en Zaragoza. Espectadores de todo tipo disfrutaron de un espectáculo que en la recta final del paseo María Agustín duró apenas segundos pero con el que se pudieron divertir durante toda la jornada de ayer en varios puntos de la ciudad.

Si no fuera por el ciclismo una pareja de jubilados llegados desde Lérida no hubieran visitado ayer la Basílica del Pilar ayer. «Mi marido quería venir a la Vuelta, así que le pedí hacer turismo a cambio», explicaba la mujer. Un incremento de turistas puntuales que confirmaban los responsables de los freetours de la ciudad, que se vieron en algunos momentos desbordados. «Sabíamos que hoy estaba la Vuelta pero no esperábamos tanta gente», aseguró uno de ellos en una abarrotada plaza.

Pero el centro neurálgico se situó en la Puerta del Carmen y sus alrededores y era allí donde confluían las historias de los miles de espectadores que se dieron cita ayer en la calles de Zaragoza. La mayoría, eso sí, eran habitantes de la capital aragonesa. Muchos de ellos, además, eran tan jóvenes que en la última edición de la prueba ciclista que había tenido un final de etapa en la ciudad todavía no habían nacido. «He traído a mis hijos para que vivan este ambiente y a ver si tengo suerte y empiezan a compartir mi pasión, que de momento no lo estoy consiguiendo», explicaba entre risas un padre de familia. Y es que la marca Vuelta atrae a gente a la que incluso no le gusta el ciclismo y no sabe ni un solo nombre de los ciclistas que estaban a punto de llegar: «A mí lo que me gusta es que la ciudad se llene de gente y que Zaragoza sea protagonista», recalcó una mujer que lideraba un numeroso grupo.

"A mí lo que me gusta es que la ciudad se llene de gente y que Zaragoza sea protagonista"

Cuanto más se acercaba uno a las primeras filas, más pasión desprendían los aficionados. El Moverse, maños, Moverse, la canción de moda en la capital aragonesa, también tuvo su momento en un paseo María Agustín en el que no faltaron banderas y camisetas del Real Zaragoza. En la línea de meta hubo presencia de espectadores de muchos países, fácilmente reconocibles porque también portaban con orgullo sus banderas. Nicaraguenses, venezolanos o salvadoreños demostraron la pasión con la que se vive el ciclismo en Sudamérica. Al final fueron los colombianos los que adoptaron un papel de protagonistas inesperados cuando Molano levantó los brazos victorioso.

La acción se trasladó al podio, donde los aficionados trataban de conseguir un recuerdo en forma de foto o bidón con poca suerte en general hasta que, cuando acabó la entrega de premios y comenzaron a desaparecer los ciclistas, cientos de personas decidieron continuar la fiesta en la plaza del Pilar en donde les esperaba una fan zone en la que la música y las actividades en torno al ciclismo se alargaron durante varias horas más.