El restaurante Tajo Bajo sigue con su apuesta aragonesa para el menú del Pilar

Este restaurante fue visitado por Felipe VI hace un par de semanas

El precio del menú es de 40 euros

Tajo Bajo sigue apostando por el producto de la tierra.

Tajo Bajo sigue apostando por el producto de la tierra. / Tajo Bajo

La Ofrenda de Flores es el acto central de estas Fiestas del Pilar. Miles de aragoneses y visitantes vienen a Zaragoza para celebrar uno de los días más importantes del año para muchos zaragozanos. La capital aragonesa ve multiplicada su población en apenas horas y comer en un restaurante, si no se tiene reserva, puede ser misión imposible.

Los Pilares no serían lo mismo sin el esfuerzo, trabajo y sacrifico de los hosteleros. Dos semanas donde su faena se multiplica con respecto al resto del año y donde intentan centrar todos su esmero en satisfacer a la clientela que acude a sus locales. Dentro de la oferta gastronómica cercana a la plaza del Pilar, se encuentra el restaurante Tajo Bajo que hace una semana acaparo titulares tras la visita de Felipe VI.

“El balance de estas Fiestas del Pilar está siendo muy positivo gracias al buen tiempo. El restaurante está teniendo una gran afluencia de gente, pero, cuando las actuaciones musicales terminan, la barra que tenemos empieza a flojear. En general, estamos muy contentos con estos días”, cuenta el chef, Rubén Martín.

Para los días 12 y 13, Tajo Bajo sigue apostando por la esencia de su negocio, el producto aragonés. “Aragón está presente en cada esquina y rincón de nuestro local. Es la base de nuestro éxito y nuestra filosofía. Hemos intentado implantarlo tanto en los productos gastronómicos que ofrecemos como en la decoración”, comenta.

En el Grupo Vaquer tienen las reservas completas ya para el día del Pilar y el siguiente, el de la Ofrenda de Frutos. "Hace mes y medio que no tenemos disponibilidad para el 12 de octubre", cuenta el chef, Rubén Martín. Este año, han decidido modificar la forma de pago y se hace en el momento que efectúan la reserva. "Pedimos una fianza cuando nos llaman por teléfono. Nos ha pasado más de una vez que la gente llama y luego no se presenta. Y para nosotros que la gente no venga en un día tan importante como la Ofrenda de Flores es un marrón importante", cuenta Martín.

Un menú muy aragonés

Para un día grande como el de la Ofrenda de Flores, un menú donde resaltar y potencia la gastronomía de Aragón. Esta es la idea de Tajo Bajo, un restaurante bautizado con un tipo de corte del ternasco aragonés. Por 40 euros, la propuesta comienza con un aperitivo en forma de croqueta de pollo. Después le siguen tres platos a compartir: cecina de buey con queso patamulo y aceite trufado; alcachofas fritas con crema de jamón y torrezno y un arroz cremoso de longaniza, boletus y foie.

El plato principal de la carta es a elegir entre: lingote de Ternasco con salsa de moscatel y trufa, bacalao con chirigol y alioli de aceitunas negras y costilla de ternera Premium asada a baja temperatura. El broche final, una rosa mudéjar, consta de una masa de churro con forma de esta flor rellena de mus de chocolate.

La inflación ha afectado a muchos negocios a tener que salir al mercado para comprar un producto más barato y de menor calidad, algo por lo que no se han decantado en Tajo Bajo. “Es cierto que la inflación está afectando, pero intentamos no tenerla en cuenta. Preferimos cobrar un poco más siempre y cuando ofrezcamos un buen producto a nuestros clientes. La calidad tiene que ser máxima y dar un producto de primera. No hay que engañar nunca al cliente”, explica Martín. 

Una llegada muy ilustre

El pasado sábado 23 de septiembre, , Felipe VI visitó Zaragoza por sorpresa, fuera de las previsiones de su agenda, "coincidiendo con una ocasión especial", según traslada Casa Real. Durante su estancia se dejó ver por el centro de la ciudad y comió en este céntrico restaurante de la capital aragonesa.

"Desde la llegada de Felipe VI, las reservas se dispararon. Hay gente bautizaba nuestro menú como el del rey. A la gente le daba igual qué comer, solo le importaba degustar la misma comida que él. Quieren saber lo que hizo y les da igual que no les guste alguno de los ingredientes", afirma el chef.