MUEL

Elena y María Pilar Clos exhiben su talento jotero

Las hermanas han obtenido sendos galardones de canto infantil

Las dos hermanas Clos Rubio, con el gran cantador de jota Julio Latorre. | SERVICIO ESPECIAL

Las dos hermanas Clos Rubio, con el gran cantador de jota Julio Latorre. | SERVICIO ESPECIAL / LA CRÓNICA cronicas@aragon.elperiodico.com

La Crónica

Aquello de De casta le viene al galgo, aquí encaja como anillo al dedo; aunque en este caso se trata de galgas. Tras superar las pruebas eliminatorias, las dos hijas de Antonio Clos Andrés, muelense y primer premio ordinario del Certamen Oficial de Jota Aragonesa Fiestas del Pilar en 2013, se hacían el pasado 3 de diciembre con sendos galardones en el certamen promovido por la Asociación Cultural El Cachirulo Amigos de la Jota de Zaragoza.

Interpretando dos jotas aragonesas de libre elección, y según decisión del jurado, Elena Clos Rubio de 10 años de edad obtuvo el primer premio en la especialidad de canto femenino infantil. Y de nuevo, esta vez al alimón con su hermana María Pilar, de 13 años, el primero también de dúos infantiles. Ambos reconocimientos consistieron en un trofeo y un diploma. Las dos hermanas actuarán desinteresadamente en la cena que la entidad celebrará el día de San Valero.

Se da la circunstancia de que Elena obtuvo también recientemente el primer premio solista en el I Certamen de Jota Villa de Paniza Julián Cerced, que promueve la Asociación Cultural Montolar. Hablamos con Antonio Clos, padre de Elena y María Pilar, sobre su éxito en estos certámenes.

¿Qué propósito tienen convocatorias así?

Además de promover e incentivar la jota, descubrir nuevos valores, y que la enseñanza y la formación que reciben tenga un sentido. Más allá de los valores que lleva implícitos el cante en sí, que las criaturas se sientan acompañadas por una rondalla y que el público aplauda su esfuerzo, genera una confianza impagable sobre lo que supone estar subido a un escenario.

¿Un dúo supone una dificultad añadida?

Una de mis hijas canta de hecho con voz aguda y la otra con voz grave. El dúo es un ejercicio de empaste: se trata de no saber quién canta en una u otra voz, ¡sino escuchar de algún modo una sola! En cuanto a tesitura, ahora mismo una es mezzo y la otra soprano.

¿Qué representa jota para alguien como usted?

Es sobre todo sentimiento por esta tierra y, también, una manera de contar cosas. Es un género musical que se puede escribir e interpretar: tiene sus tiempos, sus compases, sus notas... Ganar el Certamen Oficial de Jota Aragonesa, que ya va por su CXXXVIII edición, es la gran aspiración de todo cantador de jota: apenas 30 ó 40 cantadores/as se pueden jactar de haber obtenido tal premio.

¿Abriga la esperanza de que sus hijas alcancen su nivel?

Prefiero que disfruten del canto. No seré yo quien les diga dónde tienen que estar. Me encantaría que siguiesen en el mundo de la jota, pero será lo que ellas decidan… Prefiero que canten mal y que sean felices, y no a la inversa; que persigan sus sueños y no los míos. No se trata solo de adquirir unos hábitos, sino de disciplina. Además de aprender repertorios, hay que cuidar la garganta: hablar despacio o colocar la voz; respirar adecuadamente; no ingerir ciertos alimentos, ya sea porque provocan reflujo o, como los frutos secos, pequeñas heridas en la laringe; o no beber líquidos por la noche…

Tanto en las eliminatorias como en la final, los concursantes tienen que vestir trajes regionales aragoneses. ¿Es tan importante?

Contribuye a sentirse mejor uno mismo. Una de las cosas que más me impresionó hace años fue escuchar a alguien vestido de calle cantando bien una jota. Ambas cosas van estrechamente asociadas y es importante conocer las indumentarias de las distintas épocas y comarcas, sus diferencias: si se trata de trabajo, de fiesta... Es parte de la puesta en escena y, aunque no se valore expresamente, inconscientemente sí se tiene en consideración. De todos modos, un jurado valora sobre todo la entonación, el ritmo, la tesitura y, sin duda, su potencial y su eventual proyección.