Javier Aguirre se mostró ayer seguro del triunfo del Zaragoza en el Ciudad de Valencia, donde debe superar todas las barreras propias y ajenas con una victoria que le mantenga en la élite. "El equipo está absolutamente convencido de la salvación, yo el primero. No es soberbia, porque respeto profundamente al Levante. Sucede que no se juega nada y nosotros todo. Eso se tiene que notar", manifestó el técnico, que se mostró muy satisfecho por el comportamiento de sus jugadores y orgulloso por la respuesta de la afición que ocupará la mitad del estadio levantinista. "No me había tocado vivir una cosa así en carne propia y la verdad es que es un gesto maravilloso. Tan solo por ese detalle los jugadores tienen un motivo más para entregarse. El equipo tiene un motivo más para dejarse la vida. Y hacerlo por la afición que va a Valencia y por la que se queda en casa. Es algo que te eriza los pelos, te entran ganas de que el partido empiece ya para darles una satisfacción".

Claro que la presencia de la afición puede ser contraproducente, como ya sucedió ante Osasuna, cuando la grada creó el clima idóneo y el equipo notó el peso de la responsabilidad. "Debemos saber canalizar toda esa energía y hacerla nuestra. Si somos lo suficientemente inteligentes para aislarnos y centrar nuestra energía en el rival y en el juego, lo demás es un añadido que viene bien, porque sabes que detrás tienes el aliento de la gente", afirmó el técnico, que quiere un encuentro controlado: "Lo ideal sería no encajar gol y tener el partido latente porque una posibilidad real de gol siempre tenemos. Mi esperanza es que atrás estemos muy serios y que el equipo tenga muy claro que el orden y la puerta a cero va a ser la clave del partido".

La filosofía de Aguirre no variará. No cambiará el esquema ni apenas la alineación. Se prevé solo un cambio respecto al pasado domingo, con la entrada de Paredes por Obradovic en el lateral izquierdo. Otra cosa será el estilo que aporten los futbolistas. "Yo de mis chicos no tendría duda. Pero me gustaría saber si de visitantes somos capaces de llevar a cabo el mismo plan que de locales. Mis chicos saldrán a por el partido, no tenemos más remedio. Tenemos que ver que en esos 90 minutos nos jugamos nuestro futuro y el de la institución".

En cualquier caso, Aguirre cree que el equipo está preparado para sobreponerse a cualquier circunstancia. "Estamos absolutamente preparados para soportar tanta presión como hay. Han entrenado conmigo durante seis o siete meses y han soportado de todo, de todo. El grupo se ha ido fortaleciendo y hoy es muy sólido. No somos vulnerable a ningún tipo de rumor o estrategia de los rivales".