La opinión de Sergio Pérez

Bakis, Maikel, Moya y el verano de compras a coste cero de Cordero

El director deportivo del Real Zaragoza trazó una clara línea de trabajo para su primer proyecto: firmar jugadores en propiedad. Así lo ha hecho con Maikel Mesa, así lo va a hacer con Bakis y Lecoeuche y así se afana en cerrar a Toni Moya con un contrato también de larga duración. Con este procedimiento está dándole forma a su obra y haciendo patrimonio con un doble objetivo: construir desde ya un equipo de mucho mayor nivel y mejorar el presente y el futuro del Real Zaragoza

Sinan Bakis celebra un gol con el Andorra la pasada temporada.

Sinan Bakis celebra un gol con el Andorra la pasada temporada. / LALIGA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

A toro pasado, todos somos Manolete. Y a toro pasado, Pape Gueye fue un completo desastre. Nadie de los que intervinieron en la operación del fichaje del delantero senegalés esperaba un desarrollo y un final de la historia como el que sucedió. 22 partidos disputados, cinco como titular, cero goles y una imagen tristísima sobre el césped, a medio camino entre la impotencia y la incapacidad. Fuera del campo, mejor ni hablar. El balance de su etapa en el club se resume con facilidad: pésimo.

Su contratación, sin embargo, no fue nada sencilla y estuvo repleta de complejidades. En la operación participó la propia SAD, con sus gestores más destacados, así como los asesores habituales y los responsables deportivos del grupo internacional bajo cuyo paraguas vive el Real Zaragoza desde 2022 y que, familiarmente, llamamos sinergias. El resultado de tamaña deliberación dio como resultado el visto bueno al fichaje de Gueye, que llegó a la ciudad en forma de cesión tras una maniobra previa a tres bandas que nunca se explicó con nitidez. Era tal la fe que el Real Zaragoza tenía en Gueye (y el grupo de inversión internacional al que pertenece), que si hubiera dispuesto del músculo financiero suficiente, hubiese acometido la compra del pase del jugador hace ahora un año.

En este caso, afortunadamente, la economía no estaba para dispendios de ese calibre y, hoy, Gueye es historia aciaga del Real Zaragoza. Para intentar olvidar ese mal trago, Juan Carlos Cordero va a incorporar a Sinan Bakis, en cuya contratación no ha hecho falta tanta ingeniería ni ha habido que irse tan lejos. Estaba aquí al lado, a 300 kilómetros, podía quedar libre este verano si no cumplía un número determinado de partidos, había brillado con doce goles en su debut en España y solo había que tener capacidad de anticipación, de sugestión para vender un proyecto atractivo y, esto es profesionalismo extremo, un muy buen dinero para convencer a un punta hecho y maduro, de 29 años.

Además de contratar veteranía, gol, físico, calidad y una gran expectativa, Cordero va a cumplir con Bakis otra de sus prioridades: firmarlo en propiedad. En una de sus pocas apariciones públicas, el director deportivo descubrió que esa iba a ser una de las líneas de su plan de trabajo. Y así está siendo. Actuando con sigilo y mucha antelación, hincando el diente en el mercado de jugadores que quedaban libres y jugando una doble carta ganadora (muy buen contrato y de cierta duración), es decir, dinero garantizado y proyecto, Cordero ha convencido a Maikel Mesa, atado oficialmente hasta 2025, a Lecoeuche y al propio Bakis.

A ese mismo grupo pertenece Toni Moya, joven mediocentro de 25 años que también está libre tras ascender a Primera con el Alavés, con el que está siguiendo un procedimiento similar. Así está dándole forma a su primer proyecto y haciendo patrimonio con un doble objetivo: construir desde ya un equipo de mucho mayor nivel y mejorar el presente y el futuro del Real Zaragoza. La idea es estupenda. Ahora habrá que pasarla por el tamiz de la realidad de la categoría. En su día, también pareció magnífica la decisión de apostar por Gueye. Aunque, salvo que la Liga diga lo contrario, esto en absolutamente nada se parece a aquello.