La actualidad del Real Zaragoza

Sinan Bakis, el décimo pasajero

El delantero turco lucha contra la maldición del ‘9’ en el Zaragoza, vigente desde el adiós de Luis Suárez y con 10 arietes fichados. Solo Giuliano y, en menor medida y en el primer año, Narváez cumplieron

Sinan bakis salta al césped de La Romareda en su presentación.

Sinan bakis salta al césped de La Romareda en su presentación. / ANDREEA VORNICU

Desde que Luis Suárez, con 19 dianas de por medio, puso su mejor tarjeta de presentación en el fútbol español, el Real Zaragoza ha invertido mucho dinero en apuestas para sus nueves y con malos resultados en general, salvo honrosas excepciones, como la cesión de Giuliano Simeone en la pasada temporada o el primer curso, o más bien la primera vuelta, de Juanjo Narváez cuando llegó en la 20-21. Nueve delanteros han llegado cedidos o con la carta de libertad desde que el ariete colombiano traído por Lalo Arantegui regresó al Watford sin poder disputar el playoff de ascenso y ninguno se acercó a sus números y a su relevancia. Sinan Bakis, que llevará el 12 y es una apuesta económica global por tres años muy fuerte para situarlo en el techo salarial, es el décimo pasajero para acabar con la maldición.

El Cholito, la apuesta más barata en el apartado económico para la delantera en estos tres años, ya que el Zaragoza solo asumía una parte del salario y su ficha en el atlético no es elevada, ha sido el que más cerca ha estado de derribar esa maldición. Su año, truncado en las últimas cinco jornadas, dejó nueve goles en 36 partidos, con 32 de ellos de titular. Giuliano se ganó el corazón del zaragocismo, aunque no superó la decena de dianas y la afición no pudo despedirle sobre el césped por una lesión, ya que el intento de una nueva cesión es una quimera, puesto que su destino está en Primera.

El tremendo fiasco de Gueye

En la misma temporada que Giuliano llegó como referencia, como gran apuesta, Pape Makhtar Gueye, 800.000 euros de cesión entre el salario del senegalés y los gastos derivados de ese préstamo, para erigirse como el mayor fiasco de los últimos tiempos. El ariete, que llegaba desde el KV Oostende con la idea de militar varios años en una operación avalada por el grupo inversor, con una obligación de compra en caso de ascenso y también sin él, que es la que ha ejercido la propiedad del club para que vaya al Inter Miami y sea cedido de nuevo (en Bélgica, en el RWD Molenbeek, probablemente), no estrenó su cuenta goleadora en 22 partidos, con 5 de titular y acabó desesperando a la grada, que se mofó de él, y también a los dirigentes zaragocistas.

La lista de fracasos en los nueves es amplia, aunque curiosamente en estos tres años solo el esloveno Haris Vuckic llevó ese dorsal en la 20-21, ya que nadie lo portó en el curso siguiente, esperando la inscripción en el primer equipo de Iván Azón, que no se pudo hacer por cuestiones económicas, y el canterano, en una temporada aciaga por las lesiones en la 21-22, es su dueño actual. Vuckic, fichado por Lalo Arantegui muchos meses antes de empezar la temporada 20-21 con la carta de libertad desde el Twente, no dio la medida esperada, ni en las condiciones mostradas, ni en el salario, que rondaba en el primer año los 400.000 euros. No anotó ningún gol en 17 partidos de Liga y 475 minutos, para marcharse al siguiente verano cedido al Rijeka croata. 

Tampoco los hizo el Toro Fernández, que arribó cedido del Celta y que tuvo hasta 30 jornadas de Liga, con 15 presencias en el once. El Zaragoza asumía una parte de su salario, unos 400.000 euros, y el jugador no vio puerta, pero después sí lo hizo en el FC Juárez mexicano, con 12 dianas en 45 partidos estos años, y ha fichado por el Pumas también de México por más de 3 millones de euros. 

La llegada de Torrecilla

Juanjo Narváez llegó con la carta de libertad del Betis, que se reservó un 20% del pase, y justificó el acierto en su apuesta en la primera vuelta de esa campaña 20-21, pero bajó su nivel cuando empezaron a llegar cantos de sirena, del Elche sobre todo. Tras una primera campaña de 9 dianas, en la segunda se quedó en dos y forzó su salida el verano pasado en el último día del mercado, rumbo al Valladolid, que lo cedió en enero al Leganés y ahora en Pucela no se cuenta con el delantero colombiano. 

En ese curso 20-21 la cuarta apuesta para el gol fue Álex Alegría, el primer fichaje para el ataque de Torrecilla en enero de 2021, cedido por el Mallorca y con una diana en 15 jornadas y 931 minutos por una cesión en la que el club asumía la mitad de la ficha de 6 meses, unos 200.000 euros.

No estuvo tampoco certero el ejecutivo salmantino en la 21-22. Álvaro Giménez vino cedido por el Cádiz con opción de compra en caso de ascenso y asumiendo más de medio millón de su salario para anotar solo 5 goles en 34 partidos, 22 de titular, mientras que Nano Mesa, a préstamo del mismo club acabó casi inédito y fuera de forma, con dos goles en 23 jornadas, con 12 de titular. En enero, Torrecilla apostó por Sabin Merino, libre tras salir del Leganés y con un contrato elevado hasta 2025, con más de medio millón anual de ficha. 16 partidos y 13 de titular para no ver puerta y marcharse al Atlético San Luis y ahora, de regreso, ser una salida obligada.

Contra esa maldición debe luchar un Bakis de irrupción estelar en su primera temporada en Segunda, con 12 dianas y mucho nivel en el Andorra. El Zaragoza, sin duda, le supone su gran reto.