La opinión de Sergio Pérez

El terremoto Víctor Fernández y su onda expansiva en la plantilla

La vuelta de Víctor Fernández al Real Zaragoza ha sido un terremoto. Por el momento, el entrenador ha transformado ya el clima social, dejando atrás el pesimismo para abrir una etapa de moderada esperanza. Desde este domingo contra el Espanyol veremos si la onda expansiva del regreso del técnico ha alcanzado a la plantilla.

Víctor Fernández, en la rueda de prensa de este viernes en la Ciudad Deportiva.

Víctor Fernández, en la rueda de prensa de este viernes en la Ciudad Deportiva. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

El primer efecto que el Real Zaragoza buscaba con el cambio de entrenador y la contratación de Víctor Fernández está conseguido de sobras. El clima social en torno al equipo ha cambiado y de un estado absoluto de pesimismo se ha pasado a una corriente opuesta de moderada esperanza y reilusión provocada por la sola presencia del entrenador aragonés.

Algo han tenido que ver en todo ello las dos ruedas de prensa que Fernández ha ofrecido hasta ahora, la emotividad de la primera y la rotundidad de la segunda, en la que volvió a erigirse en el profeta del zaragocismo. La colección de perlas que dejó fue extensa. Aún retumban el “no podemos ser un equipo cagón”, ese “no me jodas, os he estado viendo partidos porque soy zaragocista y tengo que verlos, pero si no hubiese sido zaragocista no hubiera puesto la tele” o el “cuando vi a Liso pregunté de dónde había salido este tío”. Francés no jugará de lateral izquierdo. Quedó también claro.

El regreso de Víctor Fernández al club ha sido un ciclón emocional y futbolístico. A ras de césped, el entrenador ha prometido lo que ha prometido siempre. Que tratará de presentar un equipo reconocible con su manera de entender el juego, que propondrá un fútbol con un talante más ofensivo y valiente y que la idea girará en torno a la pelota. Es decir, una ruptura radical con la era recién terminada de Julio Velázquez.

A Víctor ahora le queda lo más complicado de hacer. Transformar al Real Zaragoza por completo. Hacer de un equipo perdedor un equipo ganador, convertir la tristeza en alegría, el fútbol plano en alguna notas de rock n’roll, los errores en goles y los malos resultados en victorias. En definitiva, sacar un mayor rendimiento a prácticamente todos los futbolistas, deprimidos en su inmensa mayoría en estos sietes meses de competición. Y hacerlo desde el día uno. No es nada sencillo. De momento, su vuelta al Real Zaragoza ha sido un terremoto. Desde este domingo contra el Espanyol veremos si la onda expansiva ha alcanzado a la plantilla.