SEGURIDAD CIUDADANA

El Ayuntamiento de Zaragoza quiere expropiar y rehabilitar el último edificio incendiado en El Gancho

Urbanismo clausura el inmueble de la calle Pignatelli, en El Gancho, tras detectar daños en la estructura provocados por un incendio. En octubre inició los trámites para expropiarlo

Técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza y agentes de la Policía Judical han inspeccionado el edificio esta mañana.

Técnicos del Ayuntamiento de Zaragoza y agentes de la Policía Judical han inspeccionado el edificio esta mañana. / ANDREEA VORNICU

Carlota Gomar

Carlota Gomar

El Ayuntamiento de Zaragoza desalojó este martes por motivos de seguridad un edificio okupado en la calle Pignatelli 43, hasta donde se trasladaron los Bomberos el lunes por la noche para sofocar un incendio. El fuego, que se originó en la primera planta sobre las 22.30 horas, ocasionó daños en el forjado de la segunda, por lo que los técnicos municipales decidieron que lo más conveniente era vaciar el inmueble y tapiar la planta baja y primera para evitar que vuelva a ser okupado. El consistorio quiere expropiarlo para rehabilitarlo y destinarlo al alquiler.

No es la primera vez que se produce esta situación en El Gancho. El pasado mes de septiembre, los Bomberos tuvieron que sofocar otro incendio en el número 67 de la misma calle, un viejo edificio abandonado y convertido en un narcopiso. En aquella ocasión, el fuego fue provocado por un individuo que fue a buscar ‘coca’ y que, harto de esperar, optó por crear un incendio tirando de spray y mechero. Respecto al del lunes, todavía se desconocen las causas, aunque podría haberse producido por un cortocircuito ya que había varios pinchazos al tendido eléctrico.

Desde el ayuntamiento son conscientes del problema y admiten que la solución es complicada porque la ley juega en su contra y no tienen herramientas legales para desalojar a los okupas, pues son los propietarios de los inmuebles los que tienen que pedir la orden de desalojo, algo que no suele producirse. «Desde el consistorio solo podemos ordenar el desalojo cuando la estructura del edificio entraña un riesgo, cuando se confirma un colapso que justifica el lanzamiento por motivos de seguridad», explicó el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, responsable del Plan Especial de Protección y Mejora de Zamoray-Pignatelli con el que se pretende revitalizar el barrio.

Al menos, para que la imagen sea lo más amable posible para sus vecinos, que reclaman más limpieza y seguridad. Por inversión no será. Solo durante el año 2022 el consistorio ha invertido más de seis millones de euros en proyectos concretos, como las expropiaciones de 14 fincas tasadas en 1,87 millones y ubicadas en las calles de José Zamoray, Agustina de Aragón, del Caballo, Miguel de Ara y Ramón Pignatelli; la compra de 13 solares y edificios por 2,6 millones que se reparten entre Miguel de Ara, José Zamoray, Mariano Cerezo y Ramón Pignatelli; la mejora de la iluminación del barrio (638.844 euros) o la urbanización de la calle de Agustina de Aragón (353.846), cuyas obras se adjudicarán en los próximos días.

Inmuebles convertidos en narcopisos

Habría que sumar el coste del encargo a la sociedad Zaragoza Vivienda de la redacción de los proyectos, contratación y ejecución de la construcción de vivienda pública en las propiedades adquiridas (otro millón) y las actuaciones en limpieza de solares, tapiados, retirada de andamios y otras obras subsidiarias, además del gasto que ha supuesto la instalación de cámaras de videovigilancia en los puntos más conflictivos. Pero el problema de El Gancho es la okupación y, recalcan desde Urbanismo, «de la okupación delictiva», ya que varios de estos inmuebles se han convertido en narcopisos.

Se da la circunstancia de que el edificio que ha clausurado Urbanismo tras el incendio y con cuatro pisos okupados es uno de los que pretende expropiar el consistorio, pese a las reticencias de su propiedad, la Sareb, más conocida como banco malo. También quiere hacerlo con el de Pignatelli 67. Urbanismo inició el proceso el pasado 3 de octubre, cuando se aprobó en la Gerencia de Urbanismo, pero la Sareb presentó una alegación para frenar el trámite argumentando que habían iniciado el papeleo para solicitar el desahucio del que, por cierto, no tienen constancia en la casa consistorial.

Serrano adelantó que será desestimada porque prima el interés general y, a la vista del incidente del lunes, urge conseguir la propiedad para darle una segunda vida al edificio. El ayuntamiento quiere construir vivienda pública en alquiler en parte de los inmuebles que ha comprado y que va a expropiar.

Tienen capacidad para 200 viviendas, pero el ayuntamiento no tiene previsto construir en todos los terrenos, ya que hay solares de escasa superficie que se utilizarán para hacer esponjamientos, es decir, para ampliar calles o intersecciones, como se pretende hacer en la calle Miguel de Ara.

Fueron los propios vecinos del barrio los que priorizaron las actuaciones que contempla el plan de Pignatelli-Zamoray, en el que se incluye la construcción de vivienda pública en régimen de alquiler, de ahí que haya sido uno de los primeros pasos dados por el área. De hecho, desde Urbanismo se propuso actuar primero en las calles y después en los inmuebles, pero aceptaron la petición vecinal.

Desde el área de Urbanismo admitieron que para regenerar este céntrico barrio hay que crear vivienda nueva para atraer nuevos vecinos. Por ello, apelaron al Gobierno de Aragón a que se siente a negociar un proyecto conjunto y «pactar políticas en favor de El Gancho». «Nos gustaría que la DGA fuera sensible a la situación edificatoria y de vivienda en Pignatelli», señaló el concejal de urbanismo.