Este miércoles, día clave

La construcción de la nueva Romareda, una carrera contrarreloj para llegar a tiempo

Las primeras demoliciones se llevarán a cabo tras el 6 de julio

Está previsto que las primeras demoliciones sean el próximo verano.

Está previsto que las primeras demoliciones sean el próximo verano. / IDOM

El Periódico de Aragón

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Todavía son varios los escollos que tendrá que salvar el Ayuntamiento de Zaragoza y la sociedad mercantil que construirá la nueva Romareda hasta llegar al ansiado momento de la colocación de la primera piedra. Pero si todo sale conforme a lo previsto, algo poco frecuente cuando se trata de inversiones tan abultadas y de operaciones tan complejas, las obras deberán comenzar este próximo verano. Ya en el anteproyecto del campo de fútbol diseñado por Idom se establece cuáles serán las fases en las que se irán dividiendo los trabajos, puesto que el objetivo es que el estadio siga abierto hasta que se inaugure completamente nuevo.

La fecha de inicio de los trabajos está marcada en el calendario y viene impuesta por el concierto que dará Enrique Bunbury en La Romareda, que será el 6 de julio. Para entonces, la sociedad mercantil deberá haber adjudicado ya los trabajos de demolición de la grada del gol sur, el edificio del Cubo (entre la plaza Eduardo Ibarra y la calle Jerusalén) y el de la antigua Gerencia de Urbanismo.

Para ello, las obras tendrán que licitarse a principios de año y el riesgo en este caso es que alguna de las empresas que concurran en el concurso y que no resulte adjudicataria recurra la decisión de la mesa de contratación. En ese caso, se incumpliría el primero de los plazos marcados, lo que pondría en riesgo todo el calendario diseñado por Idom, la consultora que se está encargando del diseño del estadio.

Los plazos

La grada sur tendría que construirse entonces para llegar al verano de 2025 con la infraestructura ya en pie para poder derribar la tribuna este, la situada justo enfrente del hospital Miguel Servet. Ese graderío tendría que estar terminado después del verano de 2026, justo después de que haya desaparecido ya la tribuna de preferencia, la que da a la plaza Eduardo Ibarra.

En el verano de 2027 ese graderío ya tendría que estar terminado para derribar la última parte del viejo estadio: el gol norte. Así se llegaría al año 2028 con el estadio construido y habiendo cumplido con la misión de mantener el estadio abierto durante los cuatro años de obras, una cuestión que permitirá mantener un volumen de aforo suficiente como para dar cabida a los abonados durante los trabajos.

El aforo del estadio cuando esté abierto será de 42.500 personas, aunque el número final lo determinará el proyecto constructivo definitivo, que Idom tendrá que tener elaborado antes del verano que viene.

Los plazos vienen marcados por la necesidad de mantener abierto el estadio durante la competición del Real Zaragoza y también por la celebración en España del Mundial de Fútbol de 2030, una cita en la que la capital aragonesa aspira a ser sede. La FIFA impone que los estadios que formen parte de la celebración mundialista deben estar terminados un año antes de que comience el campeonato.