CONTRACORRIENTE | VICENTE AUPÍ Escritor y divulgador científico

"Franco cometió en Teruel el peor error militar de toda la guerra civil"

El divulgador científico presenta el martes 14 de mayo en la librería Cálamo de Zaragoza su nueva obra sobre la Batalla de Teruel, 'El caudillo y las uvas de la derrota'

Vicente Aupí, durante la presentación en Teruel de su libro 'El caudillo y las uvas de la derrota'

Vicente Aupí, durante la presentación en Teruel de su libro 'El caudillo y las uvas de la derrota' / Miguel Ángel Artigas

El divulgador meteorológico Vicente Aupí presentará el próximo martes 14 de mayo en la librería Cálamo de Zaragoza (19 horas) la obra El caudillo y las uvas de la derrota (Editorial dobleuve, 2023), un ensayo que aborda la Batalla de Teruel (15 de diciembre de 1937 al 22 de febrero de 1938), poniendo especial énfasis en todo lo ocurrido en Nochevieja, cuando la presión de las tropas republicanas para hacerse con el control de la capital turolense estuvo a punto de fracasar ante la ofensiva de las fuerzas franquistas. Con este estudio pormenorizado, con documentación histórica y testimonios directos, Aupí completa su trilogía sobre este episodio histórico ocho años después de iniciarla.

PREGUNTA. Nevadas intensas, aire polar, temperaturas de -20 grados... la comparación que hace de la Batalla de Teruel con Stalingrado en ese sentido parece ganada a pulso.

RESPUESTA. Bajo mi punto de vista sí. Es cierto que Stalingrado fue una de las batallas más importantes de la historia de la II Guerra Mundial y de la humanidad. En este sentido, Teruel no es comparable, pero hay varios paralelismos entre ambas, como la presencia del General Invierno y otros que menciono en el libro.

P. ¿Cómo fue combatir bajo esas condiciones meteorológicas?

R. Suelo poner un símil con la borrasca Filomena y la ola de frío que hubo después, porque fue una situación bastante parecida a lo ocurrido en la primera semana de 1938. La diferencia es que en 2021 lo veíamos desde casa, bien abrigados y con las neveras llenas, mientras que en 1938 los soldados de ambos bandos no tenían nada que llevarse a la boca, no tenían muchas mantas, dormían al raso y con el miedo a que te disparara el enemigo. 

P. En el libro defiende que las condiciones meteorológicas condicionaron, pero no fueron clave para lo ocurrido el último día de 1937, en contra de lo que sostuvo el franquismo.

R. He tratado de desmentir la tesis que se impuso durante la guerra civil y la dictadura de que el fracaso de la liberación de Teruel por parte de las tropas franquistas en aquellas jornadas fue a causa del frío y de la nieve. No fue así. Lo digo categóricamente en base a documentación, análisis meteorológicos y diferentes testimonios, entre ellos orales de personas que estuvieron allí.

P. ¿Qué sucedió entonces aquel 31 de diciembre de 1937?

R. Los generales franquistas, por razones que se cuentan en el libro, detuvieron a las tropas en su entrada de Teruel esa tarde y deciden, en lugar de tomar la plaza porque los republicanos habían huido en desbandada horas antes, aplazar la toma al día de Año Nuevo. En ese momento no tienen en cuenta que la meteorología va a empeorar. Eso ocurre la madrugada siguiente y, sobre todo, durante todo el 1 de enero. Cuando quieren tomar Teruel, se encuentran con que el tiempo se ha complicado y el ejército republicano ha vuelto a sus posiciones de defensa. Franco y sus generales cometen en Teruel su peor error militar de toda la guerra civil. El fiasco fue tal que tanto el caudillo como el propio régimen tratan de ocultar todo esto.

P. Una versión que ha perdurado casi 90 años, a pesar de ganar la guerra, ¿por qué?

R. Una de las explicaciones es que se sintió muy ridículo, porque entró al trapo de los republicanos. Tanto Mussolini como Hitler le dijeron que no lo hiciera, que continuara la ofensiva prevista sobre Madrid que hubiese puesto fin a la Guerra Civil rápidamente. Es lo que querían, especialmente Hitler, para atacar al resto de Europa. Pero Franco entró en Teruel, se equivocó y perdió ese primer lance. El libro contiene alguna carta enviada por Mussolini en la que le pone verde por los errores cometidos. Los republicanos atacaron Teruel para distraer a Franco y desviar la ofensiva sobre Madrid. Y lo consiguieron.

P. ¿Cuáles fueron esas "causas reales" que le llevan a detener la entrada en Teruel?

R. Sin entrar en muchos detalles, que están en el libro, la clave probablemente esté en un exceso de confianza aquella tarde por parte de los generales franquistas, incluido Franco, que estuvo sobre el terreno de forma continua. Él fue el principal responsable de esa derrota que luego trató de ocultar.

P. ¿El coronel Rey d’Harcourt fue uno de los grandes damnificados de este episodio?

R. Sin ninguna duda. Es una de las grandes paradojas de la Guerra Civil. Era el Gobernador Militar de Franco en Teruel, pero para los republicanos fue un militar que, sin admirarlo, porque formó parte de la sublevación, fue respetado y reconocido como un adversario noble por su capitulación el 7 de enero para salvar miles de vidas. Franco, en cambio, le echó la culpa por haberse rendido, cuando era evidente que no tenía ningún margen de maniobra y que la culpa fue del fiasco de la operación exterior. Hasta 1972 no dejó a su familia recuperar sus restos mortales de Pont de Molins, donde fue fusilado por un comando incontrolado, y cuando lo permitió, les obligó a hacerlo en el más absoluto anonimato, sin ninguna publicidad en prensa y bajo la mirada de la policía.

P. ¿Qué ha sido lo más impactante de lo que has encontrado en esta labor de investigación de 8 años?

R. Los testimonios orales, fundamentalmente la entrevista personal con Luis Jáuregui, uno de los requetés navarros que, con 17 años, estuvo en las puertas de Teruel aquella Nochevieja de 1937 junto con sus compañeros, en sus calles vacías, y a los que les dijeron desde arriba que debían detenerse para entrar el día de Año Nuevo. Ese testimonio tiene un valor incalculable.

P. ¿Queda por saber algo más sobre la Batalla de Teruel?

R. Muchísimas cosas. También de la Guerra Civil. El libro ha tenido una acogida muy buena, pero siempre hay gente que te dice que de Franco se han escrito muchos libros. Mi respuesta siempre es que nunca serán suficientes mientras queden cosas por saber. Teruel, por la razón que sea, creo que no ha tenido el eco que debía haber tenido.

P. ¿Con este tercer ensayo cierra el capítulo de la Batalla de Teruel o hay alguna semilla sembrada más?

R. Soy muy honesto. No soy historiador y mi vínculo con la Batalla de Teruel viene por mi especialización en la divulgación meteorológica porque todos los estudios hablaban del frío de Teruel, pero ninguno hablaba de cómo impactó en este episodio. Eso lo abordé en el primero y este último es una cuestión evolutiva sobre lo que quedaba pendiente de resolución. No renuncio a nada, pero, a fecha de hoy no tengo pendiente otra cosa. Si surge, evidentemente cogeré el testigo porque es un tema apasionante para un autor y, en contra de lo que quieren algunos, da mucho juego todavía. Es parte de nuestra historia. 

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