LA FORMACIÓN DE LA FUTURA REINA

La Academia General Militar de Zaragoza, el bastión instructor de la vida castrense de Leonor

El centro abre sus puertas para conocer las instalaciones donde se hospedará la heredera al trono del Reino de España

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La princesa Leonor derrocha complicidad con sus padres en su primera visita a la Academia General Militar de Zaragoza

La Academia General Militar (AGM) de Zaragoza luce impoluta para recibir a partir de las 07.30 horas de este jueves a los 612 alumnos que integran la LXXXIII promoción de este centro de enseñanza del Ejército de Tierra. No será una jornada de bienvenida al uso porque entre los más de 600 cadetes se erigirá como protagonista Leonor de Borbón y Ortiz, la heredera al trono del Reino de España que, siguiendo la estela de su padre y de su abuelo, iniciará su formación castrense en la base de la capital aragonesa. Con motivo de su llegada, este bastión militar abrió este miércoles sus puertas para conocer las instalaciones donde la Princesa de Asturias dará sus primeros pasos para convertirse en Capitán General de los Tres Ejércitos de España.

En total, son más de 70 hectáreas de terreno dotadas de todo tipo de equipamientos: a los edificios residenciales y de aulas docentes se suma el comedor, el casino (cafetería) y las instalaciones deportivas –«la actividad favorita del cadete es el deporte», admiten desde la academia– con pistas de atletismo y tenis, campos de fútbol, rugby y voleibol y un pabellón polideportivo con gimnasio, piscina, pedana de esgrima, mesas de ping-pong y pistas de fútbol sala y squash.

Se trata, según los tenientes coroneles Blázquez y Herrero y el comandante Gracia que guiaron la visita, de «una pequeña ciudad» que, además, hace las veces de alegoría patriótica al estar impregnada de incontables detalles que recuerdan a sus residentes el porqué de su estancia allí: servir por y para España.

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Jaime Galindo

Tanto es así que los pasillos de los edificios quedan flanqueados por cuadros en los que se pueden leer los valores castrenses que propugnan las Fuerzas Armadas como, por ejemplo, el compañerismo –«compromiso que impulsa a entregarse mutuamente con generosidad y desinterés en beneficio del compañero»– o el amor a la patria y sus múltiples acepciones allí recogidas, entre ellas, «reconocimiento a los que nos precedieron en la construcción de nuestra nación». A lo largo de estos mismos pasillos, también hay instaladas bancadas que soportan revistas de temática militar y los corchos lucen los horarios de las misas que se ofician en la capilla de la academia. Esta especie de laberinto también da pie a pequeñas salidas como son las puertas de las camaretas con una docena de camas de 190x90 centímetros a cuyos pies ya se ha facilitado un juego de sábanas y una manta.

Estos compartimentos, en los que se hospedarán los alumnos de primer curso, están dotados de otros doce puestos de estudios, seis lavabos, cuatro duchas y cuatro retretes, si bien se rumorea que Leonor se acabará instalando en la habitación 5.011 del Edificio Hidalgo Cisneros, la misma que ocupó su padre, el rey Felipe VI, en 1987. «Se procura que en las camaretas se unan alumnos con similar nivel académico», reconocía uno de los militares, quien recordaba que la nota de acceso a la Academia es superior al 12,5. Allí se toca diana a las 6.30 horas, y, tras desayunar y formar, los cadetes deben acudir a clase.

Retrato de Felipe VI

Las aulas son amplias, con capacidad para 40 alumnos, y cuentan con diversos medios audiovisuales –proyector y pizarra digital– para facilitar la enseñanza. Son clases sencillas que bien se podrían asemejar a las de cualquier facultad de la Universidad de Zaragoza con la excepción del retrato del rey Felipe VI que luce en ese suelo militar. Allí los cadetes recibirán todos los conocimientos relativos a la formación militar –topografía, sistemas de armas o táctica– por parte del Capitán de su Sección y será a final del tercer curso cuando elijan la llamada especialidad fundamental entre Infantería, Caballería, Ingenieros y otras tantas más.

En la cafetería del casino ya están preparados para dar la bienvenida a los cadetes con una amplia pizarra blanca en la que se puede leer, en el centro, un efusivo «¡Bienvenidos! :)» y, a su izquierda, una serie de recomendaciones gastronómicas como el bocadillo especial a base de hamburguesa, queso, bacon y huevo plancha en pan gran reserva (4,50 euros). Es el lugar de «esparcimiento» de los cadetes donde se reúnen para «no encontrar cuadros de mando» y allí también pueden elegir entre un selecto catálogo de platos combinados, raciones y bocadillos para acompañar ese tiempo de ocio en el que, algunas veces, optan por ver juntos partidos de fútbol.

No obstante, el aporte calórico diario lo reciben en el comedor, con horario de 14.00 a 15.00 horas para las comidas y de 20.00 a 21.00 horas para las cenas. «¡Somos flexibles, eh! Si alguno viene un minuto tarde, nos somos tan cerrados», bromea el coronel de este compartimento, quien explica que el sistema es de autoservicio. El menú, basado en la dieta mediterránea, varía diariamente, los comensales se sirven un único primer y segundo plato y pueden elegir en el postre entre lácteos o tantas piezas de fruta como así deseen.