SEGURIDAD CIUDADANA

La seguridad en Teruel, a prueba: 102 guardias civiles menos "hasta junio"

La plantilla se reduce ahora hasta los 600 efectivos y en su día llegó a contar con 1.000

Los sindicatos alertan de que los vecinos tendrán una "sensación de falsa seguridad"

El Justicia de Aragón denuncia inseguridad y falta de policías en los pueblos

Manifestación contra el triple asesinato que perpetró Igor el Ruso en Andorra en diciembre de 2017.

Manifestación contra el triple asesinato que perpetró Igor el Ruso en Andorra en diciembre de 2017. / EL PERIÓDICO

La seguridad en el medio rural de la provincia de Teruel pende de un hilo con la pérdida de más de cien efectivos (102) de la Guardia Civil tras el último concurso anual de traslados por el que 96 guardias civiles y 6 sargentos solicitaron y así se les concedió un cambio de destino. No será «hasta junio» del año que viene, aproximadamente, cuando la plantilla recupere esta merma de personal con agentes en prácticas y otros tantos cuyo primer destino será alguna de las 33 localidades turolenses que están dotadas de sendos puestos de la Guardia Civil. Algunos sindicatos como la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) lamentaron ante EL PERIÓDICO DE ARAGÓN que este movimiento de personal solo es el reflejo del día a día de la España vaciada con una pérdida de servicios básicos que ahora también condiciona la seguridad que brinda el Instituto Armado. «Las condiciones laborales influyen mucho. Son zonas rurales muy despobladas donde apenas tienes servicios y ahí radica el problema», expuso el portavoz de la AUGC en la provincia, Cristóbal Soria.

Lo cierto es que el triple asesinato perpetrado por Igor el Ruso en Andorra es «un aviso a navegantes» que Soria no quiere pasar por alto e incluso alude al tiroteo que protagonizó el Rambo de Requena en Muniesa contra un par de agentes. «Hay mucha extensión, pocos habitantes y hay que prestar el servicio igual. La consecuencia es una pésima calidad del servicio en la seguridad pública que repercute en una sensación de seguridad falsa», apuntó el portavoz del sindicato, quien incluso pormenorizó algunas de las situaciones a las que tienen que hacer frente a diario sus compañeros como, por ejemplo, «vigilar 60 pueblos» o que un guardia civil de Cedrillas tenga que ir a recoger a otro hasta Orihuela del Tremedal en un trayecto que supera la hora en coche.

Para tratar de frenar esta sangría, desde el sindicato abogan por un cambio de modelo que haga atractivo quedarse a vivir en los pueblos en línea con el problema que también sufren otras profesiones como la docencia o la medicina. «¿Nos vamos a quedar desabastecidos de servicios en las zonas rurales? Se debe gestionar un tipo de política para fijar población con unos incentivos que no tienen por qué ser económicos», razona Soria.

Por el momento, el problema ya se ha puesto en conocimiento de las fuerzas políticas de la comunidad y no se descarta convocar una concentración a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en Teruel como forma de protesta ante un problema que, a su juicio, ya es crónico. «Si lo miramos por décadas, siempre perdemos. Teruel ha llegado a tener casi 1.000 guardias civiles, no consigue tener ni 750 y ahora estamos 600», sentencia el portavoz de la AUGC.

Esta sensación quedó constatada el pasado mes de febrero con un profuso informe elaborado por el Justicia de Aragón, quien denunció la sensación de «inseguridad» en el medio rural de la comunidad y la falta de guardias civiles desplegados en el territorio.