Condenado un joven por perseguir y violar a una amiga menor en Utebo

El tribunal le impone un año de internamiento aunque se suspende con tres condicionantes

 Sobre él pesa una orden de alejamiento y deberá indemnizar a la víctima con 3.000 euros

El episodio de violación tuvo lugar el 19 de febrero de 2021 por la tarde en la localidad zaragozana de Utebo.

El episodio de violación tuvo lugar el 19 de febrero de 2021 por la tarde en la localidad zaragozana de Utebo. / Jaime Galindo

Ian Quilcate (Perú, 2005) tenía 16 años cuando persiguió y violó a una amiga en Utebo y su condición de menor de edad le ha librado de pasar un buen tiempo entre rejas. El Juzgado de Menores número 1 de Zaragoza le ha condenado a un año de internamiento en régimen cerrado –queda suspendido a cambio del cumplimiento de tres condicionantes– tras el citado episodio de violación por el que la jueza también le ha impuesto un año de libertad vigilada. Sobre él pesa una orden de alejamiento de 200 metros que se mantendrá vigente durante dos años y, además, deberá indemnizar a la víctima con el pago de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Los hechos referidos se remontan a última hora de la tarde del 19 de febrero de 2021. La víctima y el acusado habían quedado con otro amigo para hacer botellón en una zona retirada del núcleo poblacional de Utebo. Luego jugaron al reto de quitarse prendas de ropa, si bien ella se negó en todo momento al mismo tiempo que el amigo se alejaba de allí para hablar por teléfono. Fue el momento que aprovechó este joven peruano para exigirle que se quitara la camiseta e incluso intentó besarla varias veces. No lo consiguió porque ella logró salir a la carrera.

Quilcate le dio alcance en las inmediaciones, le empujó contra unos bloques de hormigón y allí le retiró su ropa interior para penetrarle vaginalmente. Nuevamente, la joven logró escapar de allí, pero volvió a ser alcanzada a los pocos metros. Sus gritos de auxilio ahuyentaron al agresor. Especialmente contundente ha sido la prueba obtenida a través de las conversaciones que la víctima y el ahora condenado mantuvieron a través de Whatsapp: en ellas, Quilcate le pedía perdón por lo sucedido ese día e incluso le prometió que no volvería a hacerlo. En paralelo, la prueba pericial a cargo de los profesionales del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) incluyó una valoración psicológica de la chica, cuyo testimonio fue considerado como «probablemente creíble».

Inicialmente, este joven peruano afrontaba cinco años de internamiento en régimen cerrado a petición de la acusación particular ejercida por Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, quienes también solicitaban una orden de alejamiento de 500 metros por tiempo de nueve años. Quilcate no ingresará en un centro de menores porque se ha suspendido la condena a cambio de tres condicionantes: no ser condenado durante el tiempo que dure la suspensión, asumir el compromiso de mostrar una actitud y disposición de reintegrase en la sociedad y cumplir un año de libertad vigilada con tratamiento psicológico. Contra la sentencia todavía cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Zaragoza.