LIBRO GALARDONADO

Silvia Hidalgo (premio Tusquets): "Escribir es la mejor manera que tengo de entender el mundo"

La tercera novela de la autora sevillana, 'Nada que decir', reflexiona sobre la necesidad de salir de las relaciones tóxicas para buscar con valentía un mejor futuro personal

La autora sevillana Silvia Hidalgo presentó su obra en la Librería Antígona de Zaragoza.

La autora sevillana Silvia Hidalgo presentó su obra en la Librería Antígona de Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Álvaro Jordán

Álvaro Jordán

Tras 'Dejarse flequillo' (Amor de madre, 2016) y 'Yo, mentira' (Tránsito, 2021), la escritora Silvia Hidalgo (Sevilla, 1978) publica ahora su tercera novela 'Nada que decir' (Tusquets Editores, 2023), que le ha concedido el Premio Tusquets Editores de Novela. Para la andaluza, "publicar esta obra era de por sí un subidón pero también haber sido galardonada por ello ha supuesto una gran sorpresa".

La historia de esta novela lleva al lector hasta una mujer que siente constantemente un vacío en una vida que deriva hacia ninguna parte. Recién separada, con una hija pequeña, y una aguda crisis personal, se acaba entregando a una relación dependiente y desquiciada con un directivo de la empresa de su exmarido, el "hombre tumor". Esta es una historia que podría representar a muchas mujeres, cuya protagonista se enfrenta a un embarazo que la incapacita; a un divorcio que quiebra su vida; a una pasión que se vuelve ira y despecho y a una infancia que se vio marcada por la frialdad emocional de su madre. Será la protagonista quien deba tomar una decisión: permanecer en ese vacío emocional o huir hacia un camino inhóspito y fértil hacia la dignidad, donde esperan una perra robada y una hija.

Como subraya la autora, su candidatura al galardón literario fue una mera casualidad: "Me encontraba en una fase un tanto convulsa con esta novela, y necesitaba un aliciente con el que acabarla de una vez. Me puse de fecha límite la presentación de las candidaturas y con ello conseguí hallar la motivación que necesitaba", un efecto que ella cataloga de "gratificante, y más teniendo en cuenta que la escritura no es mi día a día".

Aunque la escritura siempre ha sido parte de su vocación, la vida decidió llevar a la sevillana por los derroteros de la ingeniería informática. Un hecho que, como ya deja claro, no ha impedido que pueda continuar con esa pasión literaria en sus ratos libres: "Siempre me ha gustado escribir, es la mejor manera que tengo para entender al mundo. Lo que pasa es que de pequeña no entendía la escritura como una profesión al uso y tampoco tenía ninguna referencia profesional de ese campo o conocía a alguien que se dedicara a ello", explica Hidalgo. "Me decanté por la Informática porque se me daban bien las ciencias y digamos que mi entorno me orientaba hacia ese campo. Pero eso no ha evitado que haya tenido siempre presente la escritura. Nunca he dejado de escribir y, con el paso del tiempo, he ido cada vez tomándome esta actividad más en serio. Antes escribía lo primero que se me ocurría, pero ahora procuro que ese contenido tenga un propósito, que pueda mandar algún mensaje con mis relatos", explica la escritora.

Emociones internas como la base de un relato

¿Cuál es el principal propósito de esos relatos para la Premio Tusquets? Según define ella, "transmitir una emoción que me atraviese a mí y al público, esa es la forma en la que preparo mis novelas". De hecho, la sevillana relata cómo esta obra surgió a raíz de "una noche muy oscura, en la que me encontraba sola en mi casa y bastante apagada anímicamente, con un ligero estado febril. Me encontraba muy mal pero sentía el impulso de querer poner todas esas emociones a punto, así que cogí un bolígrafo y un cuaderno y me puse a escribir para transmitir todos esos sentimientos. Darle rienda a una historia con un tono desquiciado, abrupto y cortante".

El proceso dio como resultado a una protagonista "tarada, desquiciada y que viene de un contexto muy incómodo. Es una mujer inocente y torpe, frágil y vulnerable, que se ha metido en una relación idílica con su marido y busca una zona de confort que la calme pero no lo logra por la manipulación psicológica de este. Al final, se acaba encontrando un ambiente similar al que tenía con sus padres: frialdad y poco afecto", según asegura Hidalgo, quien también refrenda que no todo está perdido para ella. "Aunque al principio se siente atrapada, ella empieza a tener claro qué no quiere en su vida y empieza una búsqueda para descubrirse a sí misma", continúa. 

Madre e hija

A lo largo de la trama, este aspecto evolutivo se puede ir viendo a través de una reconstrucción de la propia maternidad de la protagonista. Mientras que su hija le causa puro temor al principio, con el tiempo aprende más y más el oficio de ser madre. "Empieza a haber una mayor conexión entre madre e hija, pero porque su hija también crece y deja de ser tan bebé", matiza la sevillana. Con ello, la autora intenta dejar claro que "esta obra es un grito de ayuda, y que a veces es necesario dar pasos atrás para poder hacer cambios con cosas que no te convienen". "De hecho, me gustaría darle ese mensaje no solo a los lectores sino también a la propia protagonista. No es necesario juzgarnos tanto a nosotros mismos. Al final, todos somos débiles y contradictorios en momentos determinados y creo que es necesario abrazar nuestra fragilidad y vulnerabilidad, despertar nuestras emociones, porque es un aspecto que te hace humano", continúa. 

Hidalgo ya tiene la mirada puesta en futuros proyectos, entre los que destacan un guion y un cortometraje audiovisual. "Me encanta ir compaginando proyectos entre distintos campos. Para mí, la literatura es algo mucho más íntimo mientras que lo audiovisual es todo más extrovertido y alocado, en el que puedo desatar un aluvión de emociones", concluye la escritora.