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¿Cuáles son los orígenes históricos del día de la madre?

La celebración tiene unas raíces muy variadas, que llevan desde el paganismo de la Antigüedad al cristianismo, pasando por lo puramente comercial

Las floristerías, listas para celebrar el día de la madre.

Las floristerías, listas para celebrar el día de la madre. / Daniel Gonzalez / EFE

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Como se suele decir, madre no hay más que una, y desde hace ya varias décadas se celebra el día de la madre cada primer domingo del mes de mayo. Al menos en España, pues esta celebración varía mucho en el calendario según el país que consultemos. ¿Pero cuáles son sus orígenes históricos? Lo cierto es que son muy variados y mezclan desde la religiosidad pagana de la Antigüedad, pasando por el cristianismo y llegando finalmente hasta celebraciones de pura índole comercial.

En la Antigüedad, muchas culturas, religiones y civilizaciones hacían cultos especiales a la feminidad como símbolo de fertilidad, como muestran ya desde la prehistoria las llamadas Venus, siendo quizás la más famosa la Venus de Willendorf, hallada en el año 1908 en unas excavaciones en la actual Austria, y cuya fabricación se ha datado entre los años 27.500 y 25.000 a.C. Muchos siglos después y si nos vamos a la antigua Grecia, vemos celebraciones en las que se rendía honores a Rea, madre de dioses como el propio Zeus, Poseidón, Hera, Hestia, Deméter o Hades.

Cultos de este tipo también existieron en Roma, a donde además llegó también el culto a la Magna Mater, una deidad de origen frigio, en la península de Anatolia (actual Turquía), y que tuvo un enorme seguimiento en la ciudad eterna desde al menos el siglo III a.C., mostrando una gran evolución que hizo que también se la representara como la diosa Cibeles. Era pues considerada como la diosa de la Madre Tierra y la personificación de la tierra fértil, entre otras muchas cosas.

La Venus de Willendorf, una de las primeras representaciones de la maternidad conocidas.

La Venus de Willendorf, una de las primeras representaciones de la maternidad conocidas. / STRINGER

Con el paso de los siglos, la llegada del cristianismo y el enorme desarrollo que este tuvo en el Imperio romano, muchos de los cultos paganos se fueron cristianizando poco a poco, siendo incluso el origen de algunas de las festividades religiosas más arraigadas del calendario cristiano. En este caso, sobresale especialmente la figura de la Virgen María como madre de Dios y la celebración de la Inmaculada Concepción de Jesucristo sin contacto carnal alguno. Así, podemos ver en algunos lugares como en la Inglaterra del siglo XVII en el que se empezó a celebrar el llamado «día de las madres», en el que los niños iban a misa y regresaban después a casa con regalos que ofrecer a sus propias madres en agradecimiento por su labor y en recuerdo de la propia Virgen María.

Pero realmente, el origen del día de la madre tal y como lo celebramos en la actualidad está en tiempos mucho más recientes y contemporáneos, algo que nos lleva a unos Estados Unidos desgarrados por la Guerra de Secesión (1861-1865). Fue un conflicto tremendamente sangriento en el que se calcula que murieron más de 600.000 personas, y eso sin contar a los muchos heridos y mutilados. Semejante sangría cambió mucho a la sociedad estadounidense y su forma de ver el mundo.

Anna Jarvis luchó para que se declarara oficialmente el día de la madre en EEUU en recuerdo de su madre, Ann Jarvis.

Anna Jarvis luchó para que se declarara oficialmente el día de la madre en EEUU en recuerdo de su madre, Ann Jarvis.

Aquí surge la figura de la poetisa y activista Julia Ward Howe, que en 1865 organizó en la ciudad de Boston manifestaciones pacíficas y celebraciones religiosas en las que participaron miles de mujeres, muchas de ellas madres que fueron víctimas de un modo u otro de la guerra, especialmente ante la perdida de maridos y sobre todo hijos. Julia Ward propuso entonces crear un día especial que ayudara a concienciar sobre las pérdidas que había provocado la guerra a tantas mujeres y familias y que así se consiguiera empezar a reconciliar a ambos bandos. En los años siguientes, y ante el éxito que estaban consiguiendo esas convocatorias de Julia Ward, Ann Jarvis empezó a organizar también reuniones en el Estado de Virginia donde se reunían madres que intercambiaban opiniones sobre distintos temas de la actualidad del momento.

Así, a este tipo de actos se les empezó a conocer como las reuniones del día de la madre, que continuaron de forma regular en los años siguientes. Ann Jarvis se convirtió en una gran activista del incipiente movimiento feminista en EE.UU. y que buscaba que se reconociera la labor de las mujeres tanto en el mundo laboral como también su papel como madres. Ann murió el 12 de mayo de 1905 y su hija empezó a organizar el día de la madre el segundo domingo de mayo para conmemorar su obra, luchando también porque aquella celebración fuera reconocida de forma oficial, cosa que ocurrió durante la presidencia de Woodrow Wilson en el año 1914, mientras de forma popular ya se iba extendiendo por buena parte del país. Desde entonces, su celebración fue llegando a muchos países en los que también a veces tenía mucho peso la tradición cristiana, como es el caso de España.

Galerías Preciados (en la imagen, la tienda de Oviedo en los años 40) instauró el primer domingo de mayo como Día de la Madre.

Galerías Preciados (en la imagen, la tienda de Oviedo en los años 40) instauró el primer domingo de mayo como Día de la Madre.

Fue en 1925 cuando el poeta valenciano Julio Menéndez García publicó su Himno a la madre a la vez que proponía la celebración de un día especial en todos los países de habla hispana. Aunque no se produjo una declaración oficial, poco a poco fueron organizándose días de la madre con carácter local en diferentes partes del país, hasta que llegó la fiebre del consumo. A inicios de la década de 1960, Galerías Preciados implantó el día de la madre el primer domingo de mayo para favorecer el consumo con la compra de regalos a todas las madres, mientras que su gran competidor, El Corte Inglés, celebraba ese mismo día pero el 8 de diciembre, coincidiendo así con la festividad de la Inmaculada Concepción. Ambas fechas convivieron hasta el año 1965, cuando se optó por fijar su celebración el primer domingo de cada mes de mayo.

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