Opinión | ERRE QUE ERRE

Aragón y su madurez cada 21 años

Presentación de la inversión de Amazon en la Torre del Agua de Zaragoza.

Presentación de la inversión de Amazon en la Torre del Agua de Zaragoza. / Jaime Galindo

Dicen los psicólogos que hasta los 21 años nuestro cerebro no está maduro y es a partir de ahí cuando se produce el gran desarrollo. Después de lo conocido esta semana, igual Aragón funciona con la manivela de los 21 años porque es muy llamativo lo que le está pasando en el mundo del desarrollo económico del territorio. Todo cambió en el año 1982. Justamente hacía 21 años que la capital aragonesa había vivido la peor riada de su historia, en 1961, y entre los destrozos del Ebro y la dictadura de Franco, Zaragoza y Aragón caminaban como podían. Pero en ese 1982, la multinacional General Motors se fijó en un pequeño pueblo de la provincia zaragozana, Figueruelas, que sin calles asfaltadas y con muchos carros tirados por animales, pasó a ser el motor económico de Aragón con la planta automovilística. La Opel de toda la vida, hoy Stellantis. Durante más de 20 años, 21 por lo menos, fue el referente económico de la comunidad y sigue siendo un bastión industrial clave.

Pero 21 años después hubo otro gran movimiento. En 2003, Inditex decide montar en Zaragoza el mayor almacén de planchado y distribución de ropa para el sur de Europa y abre el paso a la explosión de la logística, primero con la plataforma Plaza, y después con el asentamiento de otras muchas empresas en esta zona del valle del Ebro.

Hoy, 21 años después, en 2024, el hub tecnológico está abriendo ya una nueva era económica y Amazon Webs Services anuncia una inversión de 15.700 millones de euros para los próximos diez años, con una creación de empleos que ronda los 6.800. Tan mareante como las cifras del 82 de GM y las del 2003 de los de Zara. Es verdad que las empresas tecnológicas tienen muchas luces y sombras y que habría que pedir a AWS total transparencia ahora que la discreción de la inversión ya se ha acabado. Nada se sabe de cómo, dónde y de qué manera van a llegar esos empleos, ni qué impuestos van a pagar por esos centros de datos y todo eso. Pero está claro que la atracción empresarial que ha realizado el Gobierno de Aragón es todo un acontecimiento. La tecnología necesita creadores y talento y durante muchos años, Aragón ha sido exportador de talentos porque los que salían de la universidad no se podían quedar a trabajar en el territorio. Es verdad que el número de ingenieros últimamente va a la baja y salen más en otras comunidades, pero también es cierto que se han incrementado las plazas universitarias y con más informáticos y más grados tecnológicos se conseguirá no reducir ese talento espectacular. Como dicen aquellos, estamos en un buen momento y hay que aprovecharlo. Ocurre cada 21 años y, aunque alguien desconfíe un poco, vamos a remar todos en la misma dirección. Lo de esta semana es un gran éxito de todos.

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