La opinión de Sergio Pérez

Juan Carlos Cordero y un verano crucial para el Real Zaragoza

Con la permanencia ya perfectamente encarrilada y el equipo en un buen momento, el director deportivo afronta una ventana de fichajes decisiva en la historia contemporánea del club por el margen de maniobra del que va a disponer para reconstruir la plantilla

Juan Carlos Cordero, en el palco en el encuentro frente al Granada.

Juan Carlos Cordero, en el palco en el encuentro frente al Granada. / JAIME GALINDO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Aunque hace casi un mes Fran Escribá estaba tan campante como ahora a pesar de que el peligro andaba por ahí rondando, ha habido que esperar unas cuantas semanas más para que el futuro se despejara de manera casi definitiva. Los 44 puntos que suma el Real Zaragoza a falta de siete jornadas y el colchón de nueve sobre la zona de descenso permiten respirar hondo y tomar una buena bocanada de aire tranquilizador. Además, el equipo ha cogido otro color más alegre y primaveral, y fruto de ello han florecido sus mejores días: siete partidos seguidos sin perder, una manifiesta fiabilidad defensiva que se refleja en un número bajísimo de goles encajados en este tramo del campeonato y capacidad para convertir los pocos goles a favor en un par de victorias muy importantes, además de brillantes: Leganés y Granada.

Así, con el playoff también muy lejos, a otros nueve puntos y el tiempo prácticamente consumido, el Real Zaragoza se va a sumergir en la recta final de la Liga en una fase de crecimiento consolidada y a la que, si mantiene el mismo tono, debería dar continuidad en las próximas semanas para adecentar la Liga 22-23. Todo ello con el ojo puesto en el próximo verano, una ventana de fichajes crucial en la historia contemporánea del club.

Si todo sigue como va, el Real Zaragoza cumplirá su undécima temporada seguida en Segunda, un tiempo larguísimo fuera de la élite y sin precedentes. Será el segundo año con la nueva propiedad al mando, que en su estreno ha fallado en el terreno deportivo pero en el que ha puesto unas bases societarias, financieras, jurídicas, institucionales, de perspectivas sociales y de negocio sólidas para que el futuro pueda ser mejor que este tedioso pasado que lleva años sepultando cada presente.

De un modo u otro, por finalización de contrato, porque acaban su cesión o por las particularidades de sus acuerdos, hasta trece jugadores pueden dejar de ser propiedad del Real Zaragoza. Ya han salido de esa bolsa Jair, renovado hasta 2025, y Cristian Álvarez, hasta 2024. Serán unos meses claves, decisivos en la construcción de un proyecto ambicioso que contará con un límite salarial mayor que el actual y con un margen de maniobra realmente elevado, con la posibilidad de abrir un espacio vasto de manera natural y sin coste alguno a pesar del lastre económico que suponen tres futbolistas concretos (Sabin Merino, Gueye y James).

Juan Carlos Cordero es el encargado de dirigir esa misión, en connivencia con la dirección general, la propiedad y sus sinergias, el hombre sobre el que pivota la posibilidad de que el destino cambie si es capaz de construir una plantilla mejor y aspirante real sin excesivas hipotecas y una gran cantidad de fichas disponibles. Este será, sin duda, un verano crucial para el Real Zaragoza.