REAL ZARAGOZA

La contracrónica del Eldense-Real Zaragoza (1-1): Edgar Badía cae de pie

El guardameta fue de lo más destacado del Real Zaragoza en su debut con el equipo

Evitó la derrota, estuvo siempre atento y mostró buenas reacciones a los ataques locales

Badía atrapa un balón durante el partido de este lunes.

Badía atrapa un balón durante el partido de este lunes. / AXEL ÁLVAREZ / INFORMACIÓN

Era la prioridad, fue el primer fichaje del mercado invernal y, seis días después de aterrizar en Zaragoza, Edgar Badía defendió la portería aragonesa en Elda. En un mal partido del equipo, en el que pudo llevarse un puñado de goles, el guardameta estuvo bien, sobrio, atento a los múltiples focos de peligro, decidido en las salidas. Despejó al menos tres acciones claras del Eldense, nada pudo hacer en el remate a bocajarro de Soberón que supuso el empate en el enésimo balón centrado por Marc Mateu.

Queremos un portero que dé seguridad al equipo, vino a decir Juan Carlos Cordero en la presentación de Badía, y desde luego el nuevo fichaje zaragocista cumplió esa premisa en su estreno. No puede decirse lo mismo de los centrales, que concedieron demasiado, pero Badía sí dio esa tranquilidad de saber lo que tenía que hacer en cada momento mostrando tanto buenos reflejos como capacidad de anticipación por su buena lectura de lo que ocurría en el partido.

Tuvo, además, un estreno agitado. LaLiga contabilizó hasta trece remates del Eldense por los cuatro del Real Zaragoza. Clemente y Chapela lo intentaron bien pronto pero remataron fuera, con Badía protegiendo bien el marco. Su primera intervención seria llegó en el minuto once al atrapar un balón que Bernal iba a rematar solo. En el 34 evitó el empate con un paradón al remate de Dumic en un centro de Marc Mateu en un córner. En el siguiente saque de esquina ya no pudo evitar el remate de Soberón a centro del ex del Huesca, un dolor para el Zaragoza. Antes del descanso todavía tuvo que intervenir de puños una vez más para despejar un centro de sí, otra vez, Marc Mateu y, en la siguiente, sacarla con el pie.

En la segunda parte tuvo todavía más protagonismo. En un Zaragoza incapaz de trenzar una sola acción de ataque, el Eldense tuvo más y mejores oportunidades, casi todas salidas de las botas o las manos de Marc Mateu, capaz de centrar con máximo peligro desde un saque de banda y de enviar un córner directamente al poste rozando el gol olímpico. Badía evitó el segundo tanto local con el pie en otro córner en el minuto 49 y, dos minutos después, atrapó el remate de cabeza de Clemente. En el 58 fue un despeje de puños a remate de Chapela tras otro saque de esquina (no hace falta decir de quién).

El Eldense siguió acumulando ocasiones, Ortuño en un par de oportunidades, Chapela, que Badía fue achicando como pudo. Rozó el balón que, directamente lanzado por Mateu desde el córner, se estrelló en el poste. Desde luego, puede decirse que si el Real Zaragoza no ganó el partido fue por su propia inoperancia y que, si no lo perdió, fue porque Edgar Badía entró con buen pie en el equipo y evitó el tanto que el Eldense estuvo rozando toda la noche. El guardameta tuvo trabajo de más como prueba el hecho de que tocó el balón en más ocasiones que los mediocentros titulares. Badía acumuló 51, Aguado 49 y Toni Moya, 40. Solo le superaron Jair, Francés y Gámez, quizá el mejor jugador de campo.

Suplir a Cristian Álvarez no es tarea sencilla y menos si el equipo muestra la fragilidad que tuvo en Elda, pero Badía demostró en su estreno que puede ser un buen refuerzo. Dio la seguridad que demandaba Cordero y mejoró las prestaciones mostradas hasta la fecha tanto por Poussin como por Rebollo. No es poca cosa tener la portería bien cubierta, pero el equipo va a necesitar mucho más para ganar.