Jhoana Jaramillo, madre soltera: entre el «milagro» y el «sacrificio»

Una mujer empoderada «de raza» que, además, «quiere de manera incondicional a sus hijos». Ese es el sentimiento que asegura tener ella cuando piensa en sus tres hijas de 18, 12 y 8 años.

Fue madre muy joven, «a los 18 años». No fue hasta los cinco meses cuando descubrió que iba a ser mamá: «Me venía el periodo de forma regular, pero en realidad estaba embarazada». Recuerda esa primera vez como una época de «aprendizaje» y temor. «Sientes miedo a no poder darle a tu hijo lo que necesita. Al final ellos son lo más importante para nosotras, siempre», un sentimiento que «solo puede sentir una madre».

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Señala la diferencia entre la maternidad y la paternidad a través de la palabra «compromiso». «Para muchos padres, sus hijos son una obligación. A una madre le nace siempre dar la vida por sus pequeños», asegura. Una tarea que, explica, «no es fácil». Sobre todo si se es madre soltera.

Llevaba 17 años casada, hasta que en el 2020 decidió cortar la relación con el padre de sus hijas. Hace seis meses, Jaramillo llegó a España desde Colombia, su país, desde donde emigró debido al conflicto armado que comenzó en 1964. «Decidí buscar una vida mejor para mis hijas, siempre por ellas», afirma.

La conciliación

Cuando llegó a España, su primera idea era estudiar. Aunque dada la situación económica desde la que partía comprendió que tenía que elegir. «La gente me dijo que necesitaba estudios si quería trabajar, pero estudiaba yo o mis hijas», expone la madre. Así que decidió «sacrificar todo por ellas». «Eso significa ser madre, ¿no? Al fin y al cabo siempre quieres lo mejor para ellas», declara.