ENTRADAS AGOTADAS

Crónica del segundo día del Salón del Cómic: Una gran viñeta compartida

La cita vive una jornada intensa y multitudinaria que deja con buen sabor de boca a los estands, a los autores y al público asistente a la sala Multiusos del Auditorio

El Salón del Cómic de Zaragoza ha vivido un sábado muy animado.

El Salón del Cómic de Zaragoza ha vivido un sábado muy animado. / JAIME GALINDO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

«Si te quejas de cómo te va en el Salón del Cómic tienes un grave problema, no puede ir mal». Así de contundente se mostraba este sábado un miembro de un destacado estand después de haber vivido una intensa mañana en el Salón del Cómic de Zaragoza donde, aunque ya es difícil fijar una comparación con respecto a otros años, todo el mundo se ha mostrado muy satisfecho de cómo estaba yendo la jornada del sábado. No hay que olvidar que suele ser el día más multitudinario (aunque bien es cierto que las entradas están agotadas este año para todas las sesiones) y que, año tras año el Salón funciona.

De hecho, satisfechos se expresaban también en otros estands como en el de la librería El armadillo ilustrado y en GP Ediciones o hasta en Ediciones La cúpula («venimos de Barcelona todas las ediciones, si no nos saliera a cuenta no lo haríamos», decían con rotunda sinceridad).

No habían abierto todavía las puertas para la sesión de tarde (comenzaba a las 16.30 horas) y en la plaza Miguel Merino ya había una larga cola para acceder (todos con entrada comprada anteriormente). Quizá no se trataba tanto de esta el primero en la sala Multiusos sino como de aprovechar desde el primer minuto el Salón del Cómic. La tradición se seguía al pie de la letra, gente disfrazada de personajes de tebeos y de manga, una vez más la zona del manga era la más vistosa en cuanto a indumentaria.

El Salón del Cómic de Zaragoza vuelve a vibrar en el Auditorio

Jaime Galindo

Estand de firmas

Pero no conviene tampoco dejar pasar que también se cumplía la tradición en las filas en el estand de firmas. Los autores cada vez se sienten más queridos en un Salón tan popular como este y la verdad es que da gusto observar las caras de los dibujantes y de sus seguidores satisfechos con sus tebeos en la mano.

Al lado del estand, este año recolocadas en un pasillo lateral por la reestructuración de la Multiusos con nuevas puertas de salida de emergencia, las salas Mortadelo y Filemón donde se desarrollan las charlas. No son mayoritarias pero sí que son un buen punto de distinción del Salón para un público que también quiere disfrutar con las experiencias de los autores. Este sábado ha habido tiempo para hablar de trabajar en el mercado internacional, del crimen, de los tebeos de época y hasta del futuro.

Tampoco ha variado mucho en esta edición la aglomeración que se produce en torno a los estands de los aragoneses Malavida, de GP Ediciones y de Milcomics.com, quizá tres de los más demandados a lo largo de todos los salones... y tampoco la masiva presencia de los fanzines que, aunque este año han tenido que recolocar su espacio por las obras anteriormente comentadas, vuelven a ser uno de los soplos de aire fresco de un Salón que no solo pregona que puesta por lo popular construido desde la base sino que lo demuestra con hechos.

Y en línea con esto, mención especial hay que realizar al espectacular 'Tebeíco del Salón' que ha vuelto en esta edición por todo lo lato con un gran homenaje a Calpurnio. Un año hace que falleció el que fue el autor del cartel del pasado Salón del Cómic y su recuerdo es una bonita forma de recordar que el público aragonés no se olvida de sus creadores.