MUJER Y DEPORTE

Ana Isabel Claveras: un combate continuo

Preside desde hace diez años la Federación Aragonesa de Kárate y está orgullosa de las actividades y el nivel competitivo pero lamenta el intrusismo que sufre su deporte

Ana Isabel Claveras, en la sede de la Federación Aragonesa de Kárate.

Ana Isabel Claveras, en la sede de la Federación Aragonesa de Kárate. / ANDREEA VORNICU

Ana Isabel Claveras lleva vinculada al kárate desde hace más de cuarenta años, los primeros como karateca, los diez últimos como presidenta de la Federación Aragonesa. Una década en la que ha conseguido mantener a flote al organismo económicamente y dotarlo de una amplia actividad, con sus tecnificaciones, sus planes de igualdad, sus cursos de entrenadores y árbitros y sus buenos resultados en las competiciones. Pero también en la que mantiene un gran caballo de batalla que se le resiste.

Es el intrusismo. Claveras denuncia que muchas de las personas que imparten clases de kárate no están tituladas, con el riesgo que eso conlleva para los pequeños y las consecuencias que tiene tanto para los practicantes, que no obtienen títulos válidos, como para la federación, que pierde cantera. «Hemos perdido muchas licencias porque en Aragón desde la Dirección General del Deporte no se controla que en los centros escolares, ayuntamientos, etcétera, impartan clases de kárate personas que no están tituladas. Eso nos genera que no haya federados porque los cinturones solo los puede dar la federación. Tenemos mucho intrusismo, a niveles fortísimos», dice la presidenta.

La federación aragonesa cuenta con unas mil licencias, pero Claveras calcula que habrá unas 5.000 personas haciendo, o creyendo que hacen, kárate. «Tú eres cinturón marrón, te coges un colegio, un grupo de niños y les das clase y no eres entrenador. Les das cinturones al acabar el curso, que los compran en el Decathlon, y eso es una simulación de que tienen un grado que no tienen. Como no tienen la formación debida a esos niños los queman, se cansan porque no hay progresión, nosotros ni sabemos que están, ni los podemos llevar a competición ni tecnificarlos ni nada de nada, es como si no existiesen», explica.

Buenos competidores

En kárate no solo se practica un deporte, sino que se obtiene un título. «En kárate si quieres obtener grados, porque empiezas en blanco, poco a poco, tienes un título que luego te sirve para una oposición de policía, por ejemplo, es una formación y una titulación que tú tienes», señala. «Los que se titulan tienen el problema de que después los puestos están ocupados por estas personas sin titulación. Los entrenadores de verdad están en el paro», denuncia.

Pese a esto, el kárate aragonés goza de buena salud. «Vamos a todos los campeonatos de España y siempre sacamos medalla. Tenemos un competidor excepcional que es Marcos Martínez Velilla, campeón de la Liga nacional, subcampeón de España. Podemos decir que siempre hemos tenido fama de buenos competidores a nivel nacional. En Aragón se nos da bien el kárate», indica Claveras, que lamenta que su deporte fuera olímpico y dejara de serlo casi inmediatamente, por la pérdida de becas que supone para los deportistas de élite.

Aunque no sabe si continuará a partir de 2024, Claveras sueña y tiene todavía metas por cumplir. «Queríamos hacer algún campeonato de España en Aragón pero es complicado porque no tenemos los medios económicos. Me encantaría hacerlo en Aragón pero supone una inversión de 30.000 euros y no disponemos de esos medios». Claveras es la primera presidenta de la federación aragonesa y la única en España. « A nivel deportivo no hay ningún problema pero a nivel de gestión se nota mucho. En la federación española soy invisible, como si no existiera. Todavía hay mucho que hacer. Una cosa son las formas y otra cambiar el fondo. Eso está complicado. No te dan ningún puesto de responsabilidad y te dejan siempre al margen de todo».