Mi querida Argentina

Miguel Miranda

Miguel Miranda

¿Cómo será el año que viene? Le pregunta su amiga a Mafalda. Y ella le contesta: “¡Muy valiente, porque como anda la cosa, animarse a venir…!» Me encontré con ella, sentada en un banco, en alguna calle de Buenos Aires y nos hicimos una foto que conservo. Estaba muy escéptica respecto a que el año entrante mejorara las cosas. Se ve que su amigo Quino recelaba de la posibilidad de que los seres humanos optasen por lo bueno, lo mejor para todos, en lugar de dedicarse a amargar la vida a los demás. Mis colegas y amigos argentinos me transmitieron que, antes de las elecciones, su opción estratégica era ignorar las barbaridades de Milei, no entrar al trapo. La razón era que cuanto más se le combatía, más se contribuía a facilitar su camino hacia la Casa Rosada. Así que me solidaricé con ellos y preferí ignorar el peligro que suponía semejante personaje al frente del Gobierno argentino. Como sabemos la estrategia fracasó y Milei, del que me contaban barbaridades, incluso de su vida privada, que se fueron confirmando cuando pudimos ver las informaciones relativas a su campaña y conocimos sus promesas electorales, ganó. Y los peores presagios de Mafalda se están cumpliendo. Si la inflación estaba ya desbocada, las recetas neoliberales del nuevo Gobierno ha disparado el precio de los productos básicos al 50% en un solo mes de gestión. No van a ser años fáciles para los argentinos, especialmente para los trabajadores y para todos aquellos que rozaban ya la pobreza y que ahora no sé cómo van a subsistir. Más todavía cuando Milei recorta o hace desaparecer el papel del Estado como garante de las necesarias prestaciones sociales que eviten el estallido social. Estas son sus recetas neoliberales que aquí también gustan a quienes corrieron a felicitarle en su toma de posesión y que, conociendo sus trayectorias, no han hecho otra cosa en su vida que vivir del erario público, en cargos públicos o en chiringuitos políticos.