La opinión de Sergio Pérez

El asalto a los cielos del Zaragoza de Jorge Mas

El Real Zaragoza está preparando a fuego lento su gran salto deportivo en la segunda campaña de la actual propiedad. La SAD ha sumado a la ecuación a Juan Carlos Cordero, que tiene toda la mili hecha, el proyecto es cada vez más atractivo para los jugadores y ha añadido pimienta a las negociaciones: más dinero para convencer a mejores futbolistas

Jorge Mas dialoga con Jorge Azcón en el Real Zaragoza-Tenerife, en la última visita del presidente del club a la ciudad.

Jorge Mas dialoga con Jorge Azcón en el Real Zaragoza-Tenerife, en la última visita del presidente del club a la ciudad. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

La primera temporada de la nueva propiedad del Real Zaragoza pasó con más pena que gloria y un cierto punto de frustración porque nada fue como se esperaba que fuera, sobre todo desde un prisma estrictamente deportivo. Sin embargo, mirando este primer año con un mínimo de perspectiva, lo que sucedió a ras de césped en la campaña 22-23 entra dentro de la más absoluta normalidad. Un club de fútbol de la dimensión del que nos ocupa se mueve como un elefante, con pasos grandes y lentos. Para percibir con nitidez la dirección y efectividad de sus movimientos hace falta que transcurra un cierto tiempo.

Trece meses después del aterrizaje del grupo inversor internacional al que pone cara Jorge Mas, pero que se maneja también en otras esferas y otros despachos, el Real Zaragoza está preparando a fuego lento su gran salto deportivo en la segunda campaña de la actual propiedad. El primer verdadero asalto a los cielos. Lo que ha ocurrido desde que finalizó la Liga es una muestra perfecta de hacia qué destino dirige sus pasos un proyecto con todos los ingredientes para salir victorioso en el corto o medio plazo. Triunfador en el campo y triunfador en la otra gran aventura en la que Mas y sus socios, o los socios y Mas, han sumido a la ciudad: la construcción de un nuevo estadio, que falta hace ante la vejez de La Romareda. Un objetivo que hay que alentar y alimentar respetando de manera firme y escrupulosa la legalidad. Zaragoza lo necesita.

A su llegada, Toni Moya, el último de los fichajes, habló con una absoluta limpieza de lo que está sucediendo este verano alrededor del club. “Lo que me ha impulsado a venir es el proyecto que se está haciendo. Es muy bueno y se quieren traer jugadores importantes”. Ese es el mensaje que el Real Zaragoza está dejando este verano en la categoría y en el mercado. Ya no quiere ser comparsa, quiere ser protagonista.

Para ello, la propiedad fichó a Juan Carlos Cordero, un director deportivo con toda la mili hecha y que conoce hasta el último recoveco de la Segunda División. A su inteligencia negociadora y a su buen gusto futbolístico (Bakis, Maikel Mesa, Moya o Marc Aguado son buenos ejemplos), al atractivo del proyecto en sí mismo por el glamour de quienes lo lideran, la SAD ha añadido la pimienta necesaria para que los sueños se puedan hacer realidad en el profesionalismo. Más dinero para convencer a grandes futbolistas.