ENTREVISTA

Sara Fernández, concejala de Cultura de Zaragoza: "Si no tomé antes estas decisiones es porque no pude"

Fernández responde a las preguntas de EL PERIÓDICO después de días protagonizando titulares por las protestas del sector cultural en Zaragoza

Cacerolada contra los "ataques" del Ayuntamiento de Zaragoza a la "cultura de cercanía"

Sara Fernández posa para EL PERIÓDICO antes de la entrevista.

Sara Fernández posa para EL PERIÓDICO antes de la entrevista. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Iván Trigo

Iván Trigo

Siempre correcta, Sara Fernández no es una política de las que habitualmente están a la gresca. Pero desde hace varias semanas está en el ojo del huracán de la política municipal en la capital aragonesa por la desaparición del festival Eifolk o por el «desahucio» del colectivo Llámalo H del edificio de la Harinera, en San José. La concejala de Cultura del Gobierno municipal del PP se muestra convencida de que las protestas están siendo impulsadas por parte de partidos de izquierda.

El área de Cultura suele ser amable, pero ahora está en el foco por las polémicas sobre la desaparición de algunos espacios y festivales.

Pero lo llevo bien. Tengo claro que hay decisiones que no son del gusto de todos, pero obviamente son decisiones que hay que adoptar. Las críticas nacen con intenciones políticas de ciertos partidos de la izquierda, por lo que entiendo que esto forma parte de gobernar.

¿Se encuentra cómoda dentro del actual equipo de Gobierno? Le pregunto porque en el mandato anterior, cuando era vicealcaldesa con Cs, usted no tomó ninguna de las decisiones que está tomando ahora.

Si no había tomado estas decisiones antes es porque no pude. En el caso de la Harinera no pudimos porque Zaragoza en Común, cuando estaba en el Gobierno, cuatro días antes de las elecciones, decidió entregarle la gestión de la Harinera a un colectivo concreto mediante un convenio. Y yo he tenido que respetar ese convenio en los últimos años. Y con el Eifolk pasa lo mismo. Ya intentamos tomar una decisión y por parte de los grupos de la oposición se nos impidió. Ahora no ha sido el caso y hemos retirado nuestro apoyo económico años después, por cierto, de que la Diputación Provincial, del PSOE, retirara el apoyo económico.

En las protestas estos días ha habido políticos, eso es cierto, pero también muchas personas que pertenecen al sector cultural y que también están lamentando su gestión. ¿Ha hablado con ellos?

Yo respeto a todo el mundo y entiendo que todas las decisiones no pueden contentar a todo el mundo. Yo también tengo mucho apoyo por parte del sector cultural, que no sale a la calle pero que está encantada con las decisiones que estamos tomando. Lo que estamos haciendo es abrir nuestros equipamientos a la participación de todas las entidades, sin sectarismos y sin pedirle a nadie el carnet del partido al que pertenecen.

¿En Harinera se pedía el carnet del partido para entrar?

Hay mucha gente, ciertos artistas y colectivos, que no han tenido cabida en Harinera y muchas veces ha habido usos de este equipamiento con connotaciones políticas. Cualquier persona a nivel individual o como grupo puede pensar y expresarse como quiera y tener cualquier ideología, pero hay que hacerlo donde hay que hacerlo.

Es consciente de que acabando con el modelo de gestión de Harinera acaba con un modelo reconocido internacionalmente.

Fue reconocido internacionalmente el proyecto, pero es un proyecto que nunca se ha llegado a cumplir. Cuando tú ves el modelo que se presentó se hablaba de un modelo que iba a acabar siendo autónomo, con una gestión autónoma. Y eso no se ha cumplido. Y el plan de usos no se ha acabado de cumplir. Se supone que el ayuntamiento se iba a hacer cargo del mantenimiento del edificio y de los suministros. Y la realidad es que el ayuntamiento se ha seguido haciendo cargo del mantenimiento, de los suministros y de la parte que tenía que gestionar el colectivo: el personal y la programación. El ayuntamiento es el que ha asumido ese coste. El coste anual era superior a 590.000 euros y de ahí el colectivo tenía que asumir 427.000 y la realidad es que ha asumido cero. 2023 fue el primer año en el que se contabilizaron por primera vez los ingresos de Harinera por separado. ¿Y cuáles fueron estos ingresos? 225 euros.

¿Pero es que acaso la cultura tiene que ser rentable?

No. Nosotros, como PP, no buscamos una rentabilidad económica en la cultura, de hecho no la buscamos en ningún servicio municipal, porque los servicios públicos no están para ser rentables económicamente. Pero tenemos una responsabilidad como gestores del dinero de todos de gastarlo e invertirlo de la manera más eficiente. No se va a recortar nada. El ayuntamiento va a seguir invirtiendo lo mismo en Harinera, pero de una forma que cumpla con lo que realmente se dice y abierta a todo el mundo.

En todas estas decisiones que se están tomando por su parte ahora hay muchos que ven la sombra de Vox. ¿Es así? ¿Le ha exigido la ultraderecha algo?

No. Los pactos que tenemos con Vox están negro sobre blanco. Lo que se pactó está en las enmiendas que introdujeron en el presupuesto y en las propuestas que hicieron. Y eso es todo. En Cultura la condición fue que hubiera 25.000 euros para la promoción de la cultura taurina. Esa ha sido la exigencia. No hay pactos ocultos por parte de Vox.

Dice que no existen pactos ocultos con Vox pero el otro día nos enteramos en el pleno que la ultraderecha, por acuerdo con el PP, no le deja a su equipo de Gobierno usar la expresión violencia de género y Natalia Chueca lo asumió.

Cada uno puede usar las expresiones que quiera. La realidad es que los pactos entre PP y Vox en Zaragoza se han hecho con luz y taquígrafos y no los escondemos para nada.

¿Temió por su puesto cuando Vox presionó para entrar en el Gobierno municipal? El área de Cultura es una de las que suelen reclamar.

Yo formo parte de un equipo. Estoy encantada con haber podido repetir al frente de Cultura y Turismo pero si me hubieran encomendado otra tarea la habría asumido con igual vocación de servicio público.

Con respecto a Etopia, la alcaldesa ha llegado a decir que nunca ha sido un centro pensado para la cultura. Pero su nombre es Etopia, centro de arte y tecnología.

Etopia nunca ha dependido del área de Cultura y esa decisión no la tomó el PP. La programación cultural en Etopia dependía de la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento de la que el ayuntamiento era patrono, al igual que otros patronos lo eran y dejaron de serlo. Decidimos retirarnos de la fundación porque ha sido un modelo que se ha visto que no funciona. Lo que no vamos a hacer es mantener la inversión de recursos en un modelo que no funciona. Pero que quede claro, no se cierra Etopia.

Como parte del equipo de Gobierno, ¿le consta que haya alguna empresa interesada en usar el edificio?

Eso se lo dejo al concejal de Economía, Carlos Gimeno, que es el que tiene los detalles. Me consta obviamente que claro que hay intereses y hay un proyecto claro para Etopia, pero no me corresponde a mí contarlo.

Le pregunté ya en septiembre y me dijo que no. ¿Se ha afiliado ya al PP?

Todavía no.

¿Y lo va a hacer?

Esas son cuestiones que dependen de mí y del presidente del partido al que represento. n

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