SALUD LABORAL

Demoras de hasta de seis años en Aragón para atender a personas expuestas al amianto

La consulta del Servet está desbordada y el Salud va a ampliar estas revisiones al Clínico y al Royo Villanova

Aragón cuenta con un registro de 1.800 personas que, cada tres años, deben someterse a control médico

Una concentración de trabajadores de la CAF afectados por su exposición al amianto, en una imagen de archivo.

Una concentración de trabajadores de la CAF afectados por su exposición al amianto, en una imagen de archivo. / EL PERIÓDICO

Ana Lahoz

Ana Lahoz

Todas aquellas personas que durante el pasado han estado expuestas al amianto por una cuestión laboral deben someterse, cada tres años, a una revisión médica en los servicios de Neumología de la sanidad pública.

Sin embargo, esto no está sucediendo en Aragón tal y como marca el protocolo de vigilancia y desde el Salud, tras detectar la gran demora acumulada, ya se han puesto manos a la obra para corregir esta deficiencia en la atención que afecta, al menos, a las 1.800 personas que figuran en el registro de la comunidad.

En algunos casos, según ha podido saber este diario, hay pacientes que no han sido sometidos a ningún control en seis años y alguno, incluso, roza los siete años. En estas situaciones, la espera se ha hecho tan prolongada porque, durante la pandemia, las revisiones dejaron de realizarse y, al tratarse de citas que se hacen cada tres años, la dilación en el tiempo es mucho mayor.

A todo ello se suma que, hasta el momento, este tipo de controles únicamente se desarrollan en la consulta específica del hospital Miguel Servet de Zaragoza, un servicio que se ha visto desbordado por tener que atender la demanda de los 1.800 aragoneses que, una vez que dejaron sus trabajos de exposición al amianto, pasaron a estar bajo el control médico del Servicio Aragonés de Salud.

En la primavera pasada y con el fin de aliviar la carga asistencial, se llegó a un acuerdo para que la consulta de revisión del Servet se pudiera extender al hospital Clínico y al Royo Villanova, ambos en la capital aragonesa. Sin embargo, nunca se llegó a desarrollar el plan de acción.

Sin fecha concreta

Ahora, tras detectar que las esperas son muy largas, desde la Dirección General de Salud Pública se ha retomado la iniciativa con el objetivo de implantar dichas consultas específicas de control de amianto en el Clínico y en el Royo.

Según señalan a este diario fuentes del Departamento de Sanidad, se va a dar orden para citar, de manera progresiva, a estas 1.800 personas con el fin de ir gradualmente disminuyendo los años entre revisiones hasta lograr que se realicen cada tres, tal y como corresponde. De este modo, se empezará «por quienes llevan más años esperando», matizan desde la consejería que dirige José Luis Bancalero. De momento, no hay una fecha concreta para el inicio de estas citaciones.

En todo caso, desde el Salud matizan que la situación detectada no quiere decir que las 1.800 personas que figuran en el listado de Aragón se estén viendo afectadas por las esperas. Es más, algunas de ellas sí que se han sometido a controles, pero es cierto que las demoras se empiezan a solapar porque la consulta del Miguel Servet no da a basto y cada vez son más los pacientes perjudicados.

El amianto es uno de los componentes del fibrocemento, un material de construcción. Está compuesto por fibras microscópicas que pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para que representen un riesgo respiratorio.

Múltiples enfermedades

Potenciar y dotar de recursos al sistema de vigilancia para el control de la exposición a este material es una de las cuestiones que figura en la Estrategia Aragonesa de Seguridad y Salud en el Trabajo 2022-2027. De hecho, en la misma aparece que se hará un seguimiento de la situación por parte de las mesas profesionales, así como una «ampliación de las horas de consulta» en el hospital Miguel Servet. Algo que parece que ahora, por fin, se hará en dos hospitales más de Aragón.

Acudir a la consulta médica de revisión es fundamental para comprobar y verificar cómo tienen los pulmones estos ciudadanos y si están desarrollando algún problema de salud debido a su exposición ambiental a esta sustancia considerada «muy peligrosa».

De hecho, la exposición a este mineral se relaciona con un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón y también mesotelioma, que es un tipo de tumor que surge en el mesotelio, un tejido que cubre los pulmones y otros órganos. Del mismo modo, puede producir fibrosis pulmonar, fibrosis y placas pleurales y otras enfermedades respiratorias.

El control que se hace por parte de un especialista de Neumología consiste en realizar al paciente una radiografía de tórax y una espirometría, que es la técnica de exploración de la función respiratoria que mide los flujos y volúmenes respiratorios útiles para el diagnóstico y el seguimiento de estas patologías.

El proceso jurídico: un litigio contra dos empresas en Aragón

La lucha contra el amianto en los juzgados aragoneses va dirigida, principalmente, contra dos empresas: CAF y Tudor. Mientras que la primera de ellas «no es litigiosa, lo reconoce y suele llegar a acuerdos», la segunda no sigue, por norma general, estos mismos cauces. Así lo explica Antonio Estecha, abogado especializado en indemnizaciones por daños por amianto, quien señala que este tóxico puede provocar tres enfermedades: mesotelioma pleural maligno, fibrosis pulmonar y cáncer de pulmón. 

Con respecto a la primera de ellas, la responsabilidad de la empresa es evidente porque está clínicamente demostrado que el 80% de los episodios de mesotelioma se deben al amianto –«es el ‘mejor caso’ porque, si hay una buena autopsia, la empresa lo tiene muy jodido», dice Estecha–, si bien la maraña judicial llega cuando el trabajador sufre un cáncer de pulmón porque las entidades alegan que también podría estar causado por el humo del tabaco. Por eso este abogado incide en que es importante trabajar con peritos «muy buenos» y de este modo ha podido demostrar «que no es exactamente así» (en referencia al tabaco).

Con todo ello, este especialista recalca la importancia de que haya «una buena autopsia» que incluya la sección del tumor en el caso de que el trabajador haya fallecido víctima de un cáncer de pulmón. Así se puede acreditar la existencia de amianto, tal y como han corroborado en algunas ocasiones los peritos con los que trabaja su despacho.

A nivel de prevención, Estecha recuerda la importancia de que el trabajador sepa que ha trabajado con amianto. De no ser así, su vista al médico con motivo del dolor de espalda previo al desarrollo de la enfermedad por amianto podría traducirse en una dolencia más como la de cualquier otro paciente. Aún así, con una buena anamnesis (entrevista) del doctor «sí que puede salir» como causa este tóxico. 

Este letrado consiguió la primera sentencia condenatoria contra Tudor en 2007, cuando el Juzgado de lo Social número 1 de Zaragoza condenó a la empresa a pagar 58.000 euros al hijo de un obrero que murió en 2003 tras permanecer expuesto al amianto. Respecto a las indemnizaciones, Estecha asegura que Aragón «no es especialmente generoso» en contraste con otras comunidades como el País Vasco, precisamente, «la que más da». 

Para cuantificar esta indemnización, él apuesta por ajustarse a los baremos de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social (Liso), o lo que es lo mismo: «Si Inspección de trabajo coge hoy a esa empresa y le sanciona, nosotros pedimos el grado máximo de esa sanción».

La revisión para quien ha estado expuesto al amianto en el pasado se realiza cada tres años, mientras que quien todavía está en contacto ambiente con el mineral debe hacerlo cada dos. En estos casos, la responsabilidad es del Servicio de Prevención de Riesgos de la empresa en la que trabajan. En el momento en que el empleado abandona la compañía, es entonces cuando el control periódico pasa a ser realizado por el Salud cada tres años.

El problema del amianto sigue siendo una realidad. En 2022, CCOO instó al Gobierno de Aragón a destinar fondos europeos a su retirada en diferentes empresas de la comunidad. El sindicato propuso entonces que se incluyan las acciones de desamiantado en las subvenciones destinadas a la eficiencia energética. En aquel momento, señalaron que hay 102 empresas aragonesas y 4.485 trabajadores que han estado en contacto con este material nocivo.