La actualidad del Real Zaragoza

Azón, por fin

La previsible vuelta del delantero, dos meses después de su recaída y tras una aciaga temporada, alivia al Zaragoza y a Giuliano, que en su ausencia solo ha marcado un gol

Iván Azón, durante el entrenamiento de este miércoles en La Romareda.

Iván Azón, durante el entrenamiento de este miércoles en La Romareda. / Jaime Galindo.

Jorge Oto

Jorge Oto

El probable regreso de Iván Azón a una convocatoria dos meses después del último de los numerosos problemas físicos sufridos durante una aciaga temporada, alivia a un zaragocismo que lleva toda la campaña echando de menos al canterano. El punta, que este miércoles volvió a ejercitarse con absoluta normalidad y al mismo ritmo que el resto de sus compañeros, parece estar listo ya para volver a figurar entre los citados por Escribá de cara al partido del viernes frente al Levante, si bien nunca para ser titular debido a su falta de ritmo tras tantas semanas fuera de los terrenos de juego.

De momento, las sensaciones son buenas. Los entrenamientos han transcurrido con normalidad sin molestias ni retrocesos, por lo que todo apunta a que Azón, al fin, está de vuelta. 

En su ausencia, el Zaragoza se ha instalado en la nostalgia y la melancolía. Nadie ha sido capaz de hacer olvidar al delantero, que apenas ha sido titular en cinco ocasiones esta temporada y que ha participado en diez de los 33 encuentros disputados hasta ahora. Sin él, la escuadra aragonesa ha sumado diez puntos de 24 posibles y ha anotado siete tantos en esos ocho partidos disputados tras la última recaída, es decir, menos de un gol por choque. 

La orfandad de Giuliano

Pero la ausencia de Iván ha afectado especialmente a Giuliano, cuya imagen echándose las manos a la cabeza tras la lesión de Azón ante la Ponferradina preside una temporada marcada por el infortunio del canterano. En estos últimos ocho encuentros sin su compañero, el argentino apenas ha sido capaz de marcar un tanto (ante el Leganés) mientras Escribá no ha parado de buscar un nuevo aliado. La caída de Mollejo, el recurso explotado por el entrenador para hacer frente a las primeras lesiones de Iván, abocó al técnico a probar con Puche o Gueye en la doble punta y también con Bermejo o Vada desde la mediapunta, con escaso éxito. Pau Sans, un delantero rápido, dinámico y eléctrico, solo ha tenido oportunidades saliendo desde el banquillo y nunca como titular.

El zaragocismo toca madera confiando en que el retorno de Azón sea definitivo y no se produzcan más desgracias en forma de lesiones. El zaragozano, que acumula más de trece meses sin jugar un partido completo, es el tercer efectivo de la primera plantilla que menos minutos (410) ha disputado esta campaña. Solo Quinteros y Vigaray (12) han aparecido menos que el delantero, máximo goleador de la pasada temporada junto a Vada (aunque el punta sin lanzar penaltis) y brillante en una pretemporada en la que fue el mejor jugador zaragocista de largo. 

El calvario

Pero todo se torció apenas unos días antes del estreno liguero. Un edema óseo apartó al canterano de los terrenos de juego hasta la sexta jornada, cuando disfrutó de sus primeros minutos saliendo desde el banquillo a falta de siete para la conclusión del choque disputado en La Romareda ante el Sporting (1-0). 

Pero lo peor estaba por llegar. Porque el gran calvario de Azón han sido las lesiones musculares y una recuperación siempre más larga de lo inicialmente previsto. Justo un mes desde su puesta en escena, el canterano caía lesionado en la última jugada del partido disputado ante el Villarreal B tras asistir a Zapater para que el capitán lograra el tanto de la victoria (2-1). El parte médico habló entonces de «una lesión fibrilar grado I a nivel del bíceps femoral derecho». En principio, se trataba de la rotura más pequeña posible, lo que suponía un mes de baja.

Sin embargo, todo se complicó. Tras varias semanas de rehabilitación, las adherencias, las molestias y las malas sensaciones demoraban la reaparición del atacante, que no volvería a los terrenos de juego hasta casi tres meses después, ya en 2023, ante el Mirandés. 

Apenas unos minutos contra los burgaleses y la segunda parte completa en Villarreal fueron el preludio de su reencuentro con la titularidad. Fue en Gijón (1-0) y repitió en la siguiente jornada ante la Ponferradina en La Romareda, escenario de la fatal recaída cuando el canterano apenas llevaba media hora en el campo. Hoy se cumplen dos meses desde aquel percance, en la misma zona que la primera en octubre ante el Villarreal a pesar de que las primeras pruebas no revelaron lesión muscular. Días después y ante las malas sensaciones del delantero, el club emitió un parte que advertía de «una pequeña lesión a nivel distal de la musculatura isquiosural de la pierna derecha».  

Azón, renovado el pasado verano hasta 2025, está de vuelta. A expensas de que Escribá confirme su regreso, el zaragozano deja atrás el calvario y mira al frente para aliviar la orfandad del Zaragoza. Y de Giuliano.