La opinión de Sergio Pérez

Cordero, los fichajes de diciembre y los fichajes de enero

De las aplaudidas contrataciones del pasado verano nada se sabe por el momento. Ninguno ha ofrecido su mejor versión. Son llamativos los casos de Manu Vallejo, Bakis, Toni Moya, Enrich o Mouriño por su bajísimo nivel hasta ahora. Aguado también está lejos de sí mismo. Julio Velázquez necesitará que los grandes fichajes del verano sean los grandes fichajes de diciembre. Luego ya llegará enero para enmendar en lo posible varios déficits de la plantilla.

Juan Carlos Cordero, en un entrenamiento del equipo en la Ciudad Deportiva.

Juan Carlos Cordero, en un entrenamiento del equipo en la Ciudad Deportiva. / ÁNGEL DE CASTRO

Sergio Pérez

Sergio Pérez

Noviembre ha sido letal para el Real Zaragoza. La inercia negativa venía gestándose desde octubre pero ha sido en este mes ya vencido desde el punto de vista competitivo cuando la deflagración ha sido mayor y ha hecho saltar por los aires todas las estructuras. En noviembre, el equipo no ha ganado ningún partido (derrotas en Liga con el Elche, el Huesca y el Albacete, en Copa con el Atzeneta y empate frente al Oviedo en el lejano día 6), no ha sido capaz de marcar en ninguna de las cuatro jornadas de Segunda, ha perdido por el camino a Bakis, ahora a Azón y a Lecoeuche y Cristian Álvarez ha seguido fuera de combate por una lesión muscular.

En este viaje terrorífico, Fran Escribá perdió su puesto de trabajo y el Real Zaragoza cambió de entrenador, poniéndose en manos de Julio Velázquez, que en su debut no pudo corregir ninguno de los muchos males que afectan al equipo y reincidió en los problemas: no hubo reacción ni juego, no hubo gol a favor en Albacete y el resultado fue el mismo, otra derrota más.

Desde la jornada nueve, todavía en puesto de ascenso directo, hasta hoy, el cataclismo ha sido sonado. Ahora mismo, el Zaragoza es decimocuarto e, increíblemente, tiene a la misma distancia la zona de playoff y la de descenso. Ese es el panorama con el que Velázquez se ha hecho cargo de la plantilla, sobre la que es imprescindible poner el foco y una parte importante de la responsabilidad.

Salvo Cristian cuando estaba, Francés y quizá Francho porque acaba de salir de una lesión, nadie está ni a kilómetros de su mejor estado de forma y de su rendimiento óptimo. De las aplaudidas contrataciones del pasado verano nada se sabe hasta el momento. Ninguno ha ofrecido su mejor versión. Son llamativos los casos de Manu Vallejo, Bakis, Toni Moya, Enrich o Mouriño por su bajísimo nivel hasta ahora. Marc Aguado también está irreconocible. En una competición aparte queda Poussin, que casi solito y con sus pifias fue capaz de mandar a la hoguera a Escribá. Sí han mostrado algo, pero de modo irregular, Maikel Mesa y Mollejo (tres goles cada uno en Liga), Lecoeuche, a quien su fragilidad física penaliza en exceso, y Valera, interesante pero demasiado guadianesco.

Con noviembre deportivamente ya cerrado, para que el equipo alce el vuelo Velázquez necesitará que los grandes fichajes del verano se conviertan en los grandes fichajes de diciembre desde este mismo sábado ante el Leganés. Ir sumando peones a su causa a la mayor celeridad posible. Luego ya llegará enero y el mercado dará nuevas oportunidades para que el club y Juan Carlos Cordero apuntalen los pilares que más se muevan. Uno hay ya de máxima necesidad: un lateral izquierdo. Y otro que chirría cada vez más: la alarmante falta de gol.