El Periódico de Aragón

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Éxodo vacacional

Zaragoza se va de vacaciones y sus calles se quedan desiertas

El número de usuarios en el autobús y el tranvía descienden un 21% y 26%, respectivamente de julio a agosto y el tráfico rodado experimente una caída de hasta el 43% en las principales vías

Las concurridas terrazas del paseo Independencia lucen semivacias en una tarde de agosto. | JOSÉ MIGUEL CALVO

Para dar un paseo por Zaragoza en pleno mes de agosto hay que ser bastante valiente porque exponerse sin necesidad a los 40 grados --o más-- es toda una heroicidad. Ni los chinos, que lo aguantan todo paraguas en mano, se atreven a fotografiarse en la plaza del Pilar a según qué horas.

Así que no es de extrañar que las calles de la ciudad estén prácticamente vacías, sobre todo aquellas que no tienen una sombra donde cobijarse. Este fenómeno se suele llamar «éxodo vacacional», aunque, en realidad, abandonar la capital durante el periodo estival es ejemplo de supervivencia.

Durante un cálida espera en la parada del autobús uno pude constatar que Zaragoza ha perdido población porque, aquí, el que no tiene pueblo tiene apartamento en Salou, y el que ni lo uno ni lo otro busca una playa donde refrescarse. Así que hay sitio para aparcar el coche en cualquier calle, también en las del centro; las terrazas de los bares están demasiado vacías; en las tiendas no hay que hacer fila para pagar las adquisiciones y no hay ni palomas haciendo de las suyas. Todo un lujo para aquellos que se enfrentan a la tercera ola de calor del verano.

Pero más allá de este arduo proceso de observación, los datos lo confirman. La capital aragonesa se ha quedado prácticamente desierta. Se aprecia en el tráfico, mucho más fluido. No hay atascos ni durante las horas punta, y eso que la ciudad está patas arriba por la operación asfalto, la más ambiciosa de los últimos años.

Los autobuses circulan con menos pasajeros de lo que acostumbra. | JOSÉ MIGUEL CALVO

Según los datos facilitados por el área de Movilidad, el tráfico rodado ha disminuido de media un 43% desde la primera semana de julio, cuando comienza a descender de forma progresiva hasta pasado el 15 de agosto. Después del puente y las fiestas populares, los zaragozanos empiezan a volver.

Este verano, el volumen de coches ha descendido un 28% en la avenida Navarra, una de las más concurridas en un día normal, y hasta un 49% en Gómez Laguna, a la altura de la Cooperativa de Taxis. Casi nada. Todo un lujo conducir en pleno agosto, salvo si uno va en moto.

Menos viajeros en el bus y el tranvía

También resulta significativa la caída de usuarios que experimenta el transporte público. El autobús urbano registró 1.330.679 validaciones durante la primera semana de julio, mientras que en los primeros siete días de agosto han sido 1.045.067 los billetes vendidos. Resumiendo, los usuarios han caído un 21% de un mes a otro. Y no por la huelga, que también, porque esperar 15 minutos más de media no apetece mientras se ve cómo los termómetros marcan 38 grados, o 39 o, lo que es peor, que superan los 40.

En el tranvía sucede lo mismo y de julio a agosto la afluencia ha descendido un 26%, pasando de las 381.351 validaciones de principios de julio a las 282.127 de las de agosto.

El uso del carril bici también ha caído drásticamente, aunque quedan de esos valientes que vuelven al mediodía a casa montados en sus bicis y patinetes. Cierto es que son pocos.

El tráfico se ha reducido hasta un 43%. | JOSÉ MIGUEL CALVO

'Cerrado por vacaciones'

Durante ese paseo caluroso, a 39 grados (los de ayer), con una sensación térmica superior y abanico en mano, se puede observar ese cartel de 'Cerrado por vacaciones' en una calle sí y otra también. Da igual la tipología del comercio, ya sea un bar, un restaurante, una tienda de ropa, una panadería o una papelería.

Zaragoza es una de las grandes capitales en la que más se percibe esta huida veraniega. Porque son muchos los que se van, pero pocos los que vienen. Cierto es que el turismo se ha ido recuperando poco a poco tras la pandemia, pero las altas temperaturas registradas este año han frenado la llegada de turistas, que evitan pisar la capital aragonesa, donde en los mapas del tiempo suele lucir un sol de color naranja o rojizo.

En la avenida San José se ha pintado un nuevo carril bus. | ÁNGEL DE CASTRO

Los turistas

Según el último balance de Zaragoza Turismo, durante los meses de junio y julio, la oficina municipal atendió 28.031 consultas, un 12% más que el año anterior (25.106). De este total, 16.387 proceden de turistas nacionales, un 19 % menos que en 2021, mientras que el resto eran extranjeros, principalmente de Italia, Reino Unido, Estados Unidos. Los asiáticos se resisten en venir y en lo que va de años solo 1.530 turistas chinos han visitado Zaragoza, según el INE.

Por las noches son más los valientes zaragozanos que se ven por la calle, y eso que ya van 11 noches tropicales seguidas y 38 en lo que va de verano. Vaya, que la temperatura para dormir no baja de los 20 grados.

Con este panorama, y con el mercurio marcando 31 grados a las 12 de la noche, no es de extrañar que el ocio se prefiera disfrutar en interiores. Y eso que ahora, con la orden de ahorro energético, ya no se siente ese fresquito que uno experimentaba al cruzar la puerta de un local.

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