Efectos de la meteorología

Cientos de nichos del Cementerio de Torrero, afectados por la tromba de agua

Algunos nichos reventaron y otros se ven afectados por la humedad

El Ayuntamiento de Zaragoza ya está evaluando las afecciones causadas

El colegio María Zambrano o el Lidl, urbanizados ambos en el cauce del barranco de La Muerte, en Zaragoza, sufrieron importantes daños el pasado jueves como consecuencia de la tormenta histórica que sufrió la capital, pero el cercano cementerio también sufrió la avenida de agua. Tumbas reventadas por la fuerza de la misma, acumulaciones de hasta un metro que llegan a afectar a nichos situados en un tercer piso o sepulturas a nivel de suelo literalmente cubiertas por el barro son algunas de las consecuencias de los 45 litros por metro cuadrado de precipitación en menos de una hora.

Los efectos son todavía visibles cuatro días después, si bien las brigadas de limpieza y mantenimiento ya han hecho las primeras actuaciones para hacer las calles en las que está dividido el camposanto estén practicables para los usuarios de este espacio municipal. En paralelo, el Ayuntamiento de Zaragoza ya ha iniciado, según fuentes del mismo, una evaluación de daños para posteriormente llamar a los propietarios de los nichos para informar de lo ocurrido y proceder a una rápida intervención de los albañiles, así como analizar si es necesario la mejora de la evacuación de las aguas.

Este domingo el cementerio de Zaragoza tuvo más visitas de lo normal y la causa de las mismas fueron lo mismo: a ver cómo está la sepultura de su ser querido. El vídeo que se distribuyó por las redes sociales en el que se veía cómo el agua traspasaba entre las juntas de los ladrillos del muro que delimita este espacio y que son a la vez lugar de sepultura alarmaron a más de uno.

«He venido en cuanto he podido a ver si estaba afectada la tumba de mi abuelo», señalaba María Jesús a los pies de la misma, mientras se mostraba reconfortada porque «solo estaba sucia» la lápida. Peor suerte tuvieron los otros dos nichos que estaban a su lado que estaba bastante afectados. A uno de ellos, incluso se podían ver los restos óseos conservados en el tiempo.

Tranquilidad

Otros como Alberto respiran tranquilos. «He venido a ver a mis padres tras las imágenes que me pasaron por el móvil y como está en la zona que da al colegio, pues estaba preocupado, pero veo que no ha pasado nada». En el caso de este vecino de Zaragoza sus familiares están a pie de suelo.

«Nunca había pasado esto antes y será por tormentas de verano», afirmó José, señalando con curiosidad que en una de las grandes avenidas del cementerio se veía que el nivel del agua llegó a cubrir la primera fila de inhumaciones.

En la zona musulmana, situada en la parte más baja no hubo acumulaciones de agua por tener unas puertas echas de barrotes que sirvieron de aliviadero del agua que discurrió hacia el tercer cinturón dejando otras imágenes, las de hombres y mujeres subidos a sus coches mientras la Z-30 se convertía en un río, que serán recordadas por muchos zaragozanos.

El cementerio de Torrero formará parte del mapeo de afecciones que el consistorio va a confeccionar y que, tal y como anunció el concejal de Participación Ciudadana y Régimen Interior, Alfonso Mendoza, servirá para confeccionar un plan de prevención para tormentas similar al que se hizo con la de Filomena, puesto que Zaragoza no tenía para grandes nevadas y no tiene para grandes cantidades de precipitaciones en forma de lluvia.