Convivencia escolar

Un padre ante un posible caso de acoso escolar: "La que está castigada es mi hija y ella no ha hecho nada"

El progenitor denuncia ante el juzgado un posible caso de 'bullying' en el colegio Rosa Molas de Zaragoza

PIntadas aparecidas en el baño del colegio concertado Rosa Molas de Zaragoza

PIntadas aparecidas en el baño del colegio concertado Rosa Molas de Zaragoza

Eva García

Eva García

«Mi hija tiene miedo y no quiere ir al colegio». Así lo confirma, D., el padre de una pequeña de 9 años, alumna del colegio Rosa Molas de Zaragoza, que denuncia acoso por parte de otra alumna del centro y, aunque reconoce que este ha activado el protocolo de acoso, cree que se están alargando los tiempos a la espera del fin de curso, señala. Tanto, que el padre presentará hoy una demanda al juzgado de guardia y la niña ya no irá al colegio hasta que «esto se solucione».

Los problemas comenzaron hace ya meses, ya que la pequeña, desde principios de curso se quejaba de que una niña le pegaba y le perseguía, tanto en el comedor como en el patio o entre las clases. La familia le informó de la situación al profesor y les atendieron «siempre con una buena contestación» pero sin encontrar una solución. Y los golpes y los moratones continuaban, señala el progenitor.

Desde hace un mes y medio, «todo ha ido a peor». Un día, «salió llorando» y cuando su padre le preguntó le contestó que la otra niña le perseguía y le decía que «se tomara las pastillas de loca (la pequeña acosada tiene THDA), que iba a acabar mal», etc. Cuando D. acudió al centro, «ellos ya eran conscientes» y de hecho habían abierto el protocolo de seguimiento; que se convirtió en el de acoso, cuando aparecieron pintadas en uno de los baños del Rosa Molas, en el que decía: «Soy ... ayuda me voy a morir», que ella no escribió. Cuenta el progenitor que desde el centro le explican que la pequeña tiene que no hacer caso de los insultos, «pero tiene 9 años y además, atacan donde más duele».

Fuera del comedor

Cuenta el progenitor que el colegio «ha puesto profesores que están todo el día con mi hija, se queda sola en el recreo, sin jugar; la que está castigada es mi hija, mientras la otra niña está jugando. Es una manera de que no se junten, pero ella me pregunta por qué no puede si no ha hecho nada», afirma. Además, cree que «no está contando todo porque no quiere que me enfade con el colegio».

Cree que el centro «está ganando tiempo» pues se acerca el final de curso, pero la pequeña está nerviosa, «no duerme, no quiere ir al colegio» (al comedor no se queda); pero los médicos «nos han dicho que no se quede en casa, aunque el miedo que tiene no está bien».

Sabe D. que el colegio ha abierto el protocolo de acoso y «están en fechas para presentar la documentación», pero insiste en que el colegio está a punto de acabar. Fuentes del departamento de Educación señalan que ya se han puesto en contacto tanto con el centro como con el padre.

Además, desde el equipo directivo del Rosa Molas, reconocen que Inspección educativa está «al corriente» y que se está en contacto con la familia, algo que el padre desmiente, ya que el contacto solo ha sido con el profesor, dice. Cuentan que la «niña sí baja al recreo –está «sentada», según el padre–, pero se han estructurado los momentos para ello». Fuentes del equipo directivo consideran que esta situación es preventiva y que la pequeña tiene siempre como referente al tutor, que está cerca de ella en el patio. «Se trata de vigilar que no haya encontronazos» y aseguran que hace días que «no se repiten los conflictos». Los plazos, afirman, «los marca Educación» y reconocen que la familia «quiere saber si están acosando» a la niña, pero «la etiqueta no la podemos decir», insiste.

Desde el centro pretenden que «estén bien las dos pequeñas»; una «necesita que la acompañen, que se sienta segura en el colegio, que es la prioridad; pero también hay otra parte, educativa, con la otra niña, para que no repita ese tipo de conducta».

El protocolo por ‘bullying’ en las aulas cuenta con 425 actuaciones en Aragón

El protocolo de acoso escolar es el más antiguo de los puestos en marcha por el Departamento de Educación, ya que nació en 2018, al mismo tiempo que el Equipo de Orientación Educativa en Convivencia Escolar, que se encarga de supervisar, asesorar y acompañar a los centros en materia de convivencia. 

 Desde entonces y hasta el 1 de junio de este año, se han notificado un total de 1.280 posibles casos de acoso escolar, de los que el 33% se han dado este curso, un total de 425. Es el año con más potenciales lances, seguido del curso pasado, con 274; y el que se puso en marcha, con 245.

Además, Educación activó en 2016 un teléfono de ayuda contra el acoso escolar (900100456), que prestan profesionales de Psicología, las 24 horas del día los 365 días del año. A este número, desde que se puso en marcha, han llamado un total de 2.237 personas, de las que 274 han sido por posibles casos de bullying en las aulas. Este curso, hasta el 1 de junio, se han recibido 240 contactos y 8 potenciales sucesos por acoso. 

El número de llamadas ha bajado (aunque son más que el curso pasado, con 178) ya que aseguran que más que para denunciar, las llamadas son para recibir información sobre el protocolo. Destaca Isabel Tolosana, jefa del Servicio de Equidad del Departamento de Educación, que bajan las llamadas pero crecen las notificaciones en los centros educativos, quizá porque «han perdido el miedo». Reconoce además que los estudios señalan que un alto porcentaje de alumnos afirma padecer acoso, por lo que si los centros «observan, todos deberían tener abiertos protocolos», insiste.

Además, afirma que los centros «están implicados» con el protocolo de acoso y con las medidas implantadas como la de Alumnado Ayudante, tutorizaciones o Alumnado de mediación, que buscan erradicar los conflictos.