NATURAL DE SÁDABA

Rubén Díaz, el ilusionista aragonés que triunfa en Francia

Este mago de 23 años lleva todo el verano mostrando sus espectáculos en el norte del país vecino

El ilusionista Rubén Díaz, durante uno de sus espectáculos.

El ilusionista Rubén Díaz, durante uno de sus espectáculos. / IMAGINE BY TIM SILVER

Alberto Arilla

Alberto Arilla

A muchos niños les regalaron cuando eran pequeños un set de 'Magia Borras'. Rubén Díaz fue uno de ellos. A los diez años, su familia le regaló su primer juego mágico, y enseguida se dio cuenta que lo suyo era el ilusionismo. "En una noche ya había aprendido a hacer todos los trucos. La verdad que mi familia se quedó alucinada", reconoce. Tras unos años de parón, propios de la edad y de no saber "cómo encontrar más trucos", con 13 años retomó su interés por la magia, y empezó a buscar información al respecto: "Empecé a leer libros y a visualizar cintas de DVD, además de contactar con otros magos para aprender de ellos".

Durante esta década, no ha dejado de perseguir su sueño. Pese a todo, hasta hace poco ha tenido que seguir con sus estudios y, tras terminar un grado de Producción Audiovisual, este será el primer año en el que se dedicará exclusivamente a su gran pasión. Un camino difícil, que la pandemia ha acrecentado. "Ha sido como volver a empezar", admite Díaz. Por ello, el poder seguir teniendo espectáculo es para él "un regalo, un premio por haber aguantado".

Sus 'shows', explica, siempre van acompañados de humor, una de las claves para que tengan éxito: "Me gusta llamarlo espectáculo porque engloba muchas cosas, además de la magia. Hay que introducir cierta parte actoral, una buena elección musical... y el humor, que es un gran aderezo para entretener, que es al final nuestro objetivo". Con todo, abraza con ilusión la vuelta a la normalidad tras dos años de pandemia, ya que subraya que, por fin, "volvemos a ver el asombro en las caras del público", algo que para los magos supone su "pila" para seguir trabajando.

Por otra parte, el sadabense se centra casi en exclusiva en la rama ilusionista. La clave, cuenta, está en el juego con el espectador, pues ambos saben que detrás de cada número hay un truco. "El ilusionismo consiste en sorprender a la gente con efectos imposibles", afirma Díaz. En ese sentido, sus referentes siempre han estado ligados a esa idea, desde David Copperfield o Lance Burton al catalán Mag Lari. No obstante, su "padrino mágico" siempre será Javi el Mago: "Sin no fuera por él, no me dedicaría a esto. Confió en mí para poner mi magia en escena y le estoy infinitamente agradecido".

'Show' en Francia

Este verano, a Rubén Díaz le surgió una oportunidad única. "Tim Silver, un mago francés, me ofreció la posibilidad de hacer un espectáculo en un parque de atracciones francés. No dudé ni un instante", señala. Una experiencia que inició mediado junio y que durará hasta el próximo 5 de agosto, y que el aragonés está exprimiendo al máximo, aunque no todo ha sido un camino de rosas: "De mi equipo habitual solo estoy yo. Y luego está el tema del idioma. Me he tenido que aprender un guion en francés que no me permite improvisar demasiado, que es lo que me gusta".

"No es un tema económico. Dedicarme a la magia es un sueño de vida", asegura Rubén Díaz

No obstante, Díaz reconoce que jamás hubiese imaginado poder hacer un show "tan grande, en un sitio fijo y con dos actuaciones diarias". Su espectáculo, 'Imagine by Tim Silver', está siendo un éxito en el Walygator Parc (Metz, al norte de Francia), aunque el ilusionista admite que, tras varios meses fuera –antes estuvo en Madrid–, "apetece volver a casa".

En cualquier caso, en sus planes no entra el descansar, ya que a su regreso le esperan más actuaciones estivales, como el ciclo cultural A la fresca en Cinco Villas o el estreno de su 'Imagine 2.0' en su localidad natal, Sádaba. Una lucha sin cuartel para lograr su objetivo final: "No es un tema económico. Dedicarme a la magia es un sueño de vida".

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