La compra de aceite de oliva cae más de un 12% por el alza de los precios

El sector olivarero prevé que estas cifras tan disparadas toquen techo pronto

El aceite de girasol se estña convirtiendo en una elección predilecta para los consumidores. | X

El aceite de girasol se estña convirtiendo en una elección predilecta para los consumidores. | X / PAULA CLEMENTE

PAULA CLEMENTE

Antes de que Julia (nombre ficticio) se fuera de vacaciones, el aceite de oliva de marca blanca del supermercado en el que trabaja costaba 5 euros. «¿No te has fijado? Ya cuesta casi 7», le dice su compañera, que asiste atónita a que la recién llegada no se haya enterado de lo mucho que ha subido el precio en las últimas semanas. Esto sucedió el pasado martes y en la estantería cerca de la cual conversaban, ya hay botellas que marcan casi 10 euros. Según los datos del INE, el aceite de oliva se vendía en julio casi un 40% más caro que un año atrás, y este encarecimiento habrá sido, con toda probabilidad, mayor en agosto, teniendo en cuenta que el precio en origen ha pasado de los 7,7 euros por kilo de virgen extra que registraba hace un mes Infaoliva (Federación Española de Industriales Fabricantes de Aceite de Oliva) a los 8,15 euros que marcaba este mismo dato ayer. Y ante semejante panorama, el consumo no ha hecho más que caer.

El análisis que actualiza mensualmente el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación indica que en abril, último informe disponible, las familias españolas compraron en torno a un 12% menos de aceite de oliva que un año atrás. Y lo que cuentan fuentes de las cooperativas y del sector de la distribución a este diario es que la tendencia se ha mantenido en los meses posteriores. «Fundamentalmente el cliente está bajando el volumen de consumo, más que sustituyéndolo, está reduciendo el consumo», asegura el presidente del sector del aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias de España, Rafael Sánchez de Puerta, que no esconde la gravedad del asunto (la temporada pasada cerró con la peor cosecha en años y esta, el panorama está aún peor), pero que tiene claro que no hay peligro de desabastecimiento. «Falta de producto no habrá en absoluto pero por el precio, si no lo regulara el precio sí que habría un riesgo de desabastecimiento», opina.

Hasta seis establecimientos de seis cadenas distintas le dan la razón: pese a que en más de uno el aceite está protegido con alarma para prevenir robos dado el encarecimiento, ninguno ha detectado movimientos que lleven a pensar que el público está haciendo acopio para prevenir futuras subidas, algo que tiene una explicación lógica a ojos de miembros y representantes de Asaja: «Las familias van al día y no pueden invertir en 30 litros de aceite», analizan. Ven más probable que el consumidor se decante por el aceite de girasol o que el mercado se acabe concentrando en menos marcas.

«Esta situación no es buena para ninguno de los eslabones más débiles de la cadena, los primeros y los últimos: los olivareros, porque no tenemos cosecha significativa que vender, y el consumidor, porque se enfrenta a un precio al que no está acostumbrado», analizan.

A corto plazo, la previsión de todas estas voces consultadas es que el precio tocará techo pronto. Sin embargo, el problema que señalan varias trabajadoras de supermercado sondeadas, es que difícilmente volverá donde estaba. Más, cuando la traba de fondo es una cuestión tan difícil de resolver como son el cambio climático y la sequía.