La actualidad del Real Zaragoza

Dos espejos para la revolución en el Real Zaragoza

Los dos grandes cambios en verano (14-15 y 17-18) trajeron la mayor cercanía del ascenso, con el acceso a la final de la promoción y la puntuación más elevada. Cordero apunta a una revolución similar a la que llevaron a cabo Martín González en 2014 y Lalo en 2017

Juan carlos Cordero dialoga con Alberto González, uno de sus ayudantes, en La Romareda.

Juan carlos Cordero dialoga con Alberto González, uno de sus ayudantes, en La Romareda. / ANGEL DE CASTRO

Lo avisó Juan Carlos Cordero. «Van a tener que venir bastantes jugadores y en muchas demarcaciones», aseguró el jueves al dibujar las líneas básicas de su proyecto en el Real Zaragoza de la próxima temporada, su primera como máximo responsable deportivo desde el arranque. En esa amplia reestructuración en busca de un ascenso cuya palabra no quiere nombrar, pero que es vital por historia, afición y también en la parcela económica con el nuevo estadio, se contemplan no menos de una docena de fichajes, con las difíciles renovaciones de los préstamos de Bebé (Rayo), Giuliano Simeone y Mollejo (Atlético).

El primer Zaragoza de Cordero va a tener un lavado de cara importante y, con el riesgo que entraña cualquier revolución, hay que decir que en esta eterna travesía en Segunda las dos veces que en un verano se han acometido más refuerzos son las dos ocasiones en que más cerca ha estado de subir, o al menos la que más puntos ha logrado, 71 en la 2017-18, y la única que el Zaragoza llegó a la final de la promoción, cuando un gol de Araujo (Las Palmas) a siete minutos del final le dejó sin ascenso en la 14-15. En la 19-20, la pandemia y los errores cometidos durante la misma alejaron el ascenso, pero no se llegó tan lejos en el playoff ni se lograron tantos puntos.

Ángel Martín González, en su etapa en la dirección deportiva del Zaragoza.

Ángel Martín González, en su etapa en la dirección deportiva del Zaragoza. / EL PERIÓDICO

La revolución de la 14-15 la comandó Ángel Martín González en aquel verano de 2014 donde Agapito Iglesias casi lleva al Zaragoza a la desaparición, de la que le libró la Fundación a finales de julio y con el ejecutivo madrileño teniendo menos de un mes de mercado. En él hizo hasta 14 fichajes (Bono, Basha, Diogo, Ruiz de Galarreta, Jaime Romero, Willian José, Borja Bastón, Mario, Eldin, Rubén, Pedro, Cabrera, Dorca y Lolo), se le quedó en el tintero Chuli, no aprobado por LaLiga, y a los pocos días llegó Tato desde el paro para ser una quincena de refuerzos.

Fue un cambio tremendo que no se vivió en el banquillo porque la nueva propiedad decidió la continuidad de Víctor Muñoz en medio de la profunda remodelación, aunque a los tres meses, a mediados de noviembre y tras 14 jornadas, fue destituido para que Ranko Popovic fuera su relevo y el Zaragoza acabara sexto y eliminara al Girona en la promoción para caer con Las Palmas y cuando ya acariciaba volver a la élite.

Lalo Arantegui, junto a la Ciudad deportiva zaragocista.

Lalo Arantegui, junto a la Ciudad deportiva zaragocista. / EL PERIÓDICO

Sí hubo relevo en el banquillo en la 17-18, cuando Lalo Arantegui, que había llegado en febrero de ese 2017, apostó de forma rápida por Natxo González, técnico del Reus contratado muchas semanas antes de acabar la competición con Láinez logrando la permanencia. El director deportivo zaragozano también se fue a los 14 fichajes en ese largo verano, ya que a Álberto Benito, Ángel, Eguaras, Buff y Grippo los anunció nada más acabar el curso, en la misma rueda de prensa de balance que hizo Juan Carlos Cordero el pasado jueves.

Después arribaron a la entidad también Mikel González, Papunashvili, Toquero, Aleix Febas, Alain Oyarzun, Verdasca, Borja Iglesias, Vinícius y Cristian Álvarez, que aún sigue en la plantilla. A eso hay que añadir que Pombo, ya clave en el cusro anterior, Guti, Lasure, Delmás y Zalaya pasaron a formar parte a todos los efectos de la primera plantilla. El equipo, con semejante revolución, hizo una gris primera vuelta, con Natxo cuestionado, y firmó una magnífica segunda para acabar tercero y ser eliminado por el Numancia de forma dolorosa.

Los otros cursos

Mientras, en la 16-17 llegaron 12 fichajes, José Enrique en el mercado del paro y la continuidad de Erik Moran después de no repescarlo el Athletic y hasta una docena de refuerzos hubo también en el verano de la 15-16. La temporada ya acabada, con seis y sin contar a Rebollo, que llegó para el filial y el primer equipo, es la de menor movimiento veraniego, junto a la 18-19. En la 13-14 fueron 7 y hasta 8 en la 19-20 y en la 21-22 por los 10 de la 20-21. 

La cesta de la compra de Cordero, sin contar con el retorno de Marc Aguado, la integran un portero, o hasta dos pendiente de Rebollo, un lateral derecho, otro zurdo, uno o dos centrales, dos centrocampistas, dos extremos y al menos dos puntas, a la espera de lo que suceda con las tres prórrogas de cesiones que se quieren hacer (Giuliano, Bebé y Mollejo).