POLÍTICA MUNICIPAL | Julio Calvo Portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza

Julio Calvo, de Vox: «No tenemos intención de poner en peligro la estabilidad del Gobierno de Chueca»

El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza habla para EL PERIÓDICO DE ARAGÓN sobre la tensión que hay entre su partido y el PP

Julio Calvo, en el vestíbulo del Ayuntamiento de Zaragoza.

Julio Calvo, en el vestíbulo del Ayuntamiento de Zaragoza. / JAIME GALINDO

Iván Trigo

Iván Trigo

Están siendo unas semanas convulsas en lo que respecta a la relación entre Vox y PP en Zaragoza, que siguen necesitando sus votos para gobernar.

Lo que estamos haciendo simplemente es hacer la política que creemos que tenemos que hacer. Seguimos firmes en nuestros principios y nada más. El problema con la alcaldesa, Natalia Chueca, es que nos está solicitando la abstención, lo cual diluye el papel de Vox ante la opinión pública y ante nuestros votantes. Si estamos en contra de las medidas del Gobierno votaremos en contra, no nos abstendremos. Y si estamos a favor, votaremos a favor.

¿Se ve usted de vicealcalde?

No, sinceramente… Por razón de edad no tengo grandes aspiraciones y mi propósito es sacar adelante nuestro programa y hacer las cosas que creemos que le convienen a Zaragoza y a España. Condicionarlo todo a que vayamos a entrar en el Gobierno me parece una frivolidad. ¿Cuál es la mejor manera de llevar a cabo nuestro ideario? Pues el tiempo lo dirá. Estamos donde estamos, de momento.

De momento.

De momento. Y a lo mejor podemos seguir los cuatro años exactamente igual, eh.

¿Le ha pedido la dirección nacional de Vox que fuerce al PP para entrar en el Gobierno de Chueca?

No. No. Y yo no renuncio a ello, pero vuelvo a matizar: no sé cuál sería la mejor manera de sacar adelante nuestro programa, si desde dentro del Gobierno o desde fuera.

PP y Vox están juntos en el Gobierno de Aragón. ¿El pacto de coalición en la autonomía les impide apretar más a Chueca?

Hay un acuerdo muy genérico de estabilidad. Estabilidad significa eso, no mucho más. No tenemos intención de poner en peligro la estabilidad del Gobierno de Natalia Chueca, pero para garantizarla no vamos a plegarnos a todas y cada una de las medidas que propongan.

En Huesca, hace pocas semanas, Vox cambió de portavoz y el nuevo responsable amenazó con votar en contra de las ordenanzas que había pactado su predecesor. ¿Qué pasó allí?

Sinceramente, no lo sé. Pero lo que le puedo garantizar es que el equipo de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza es una piña y es un equipo sólido y cohesionado. Eso no va a ocurrir aquí.

¿Le han llamado ya para negociar el presupuesto?

No. Ya nos llamarán cuando proceda. Estamos estudiando cuáles serán nuestras peticiones, tanto de partidas que deben incluirse como las que queremos que se aminoren o desaparezcan.

Póngame ejemplos.

Son las mismas que en los últimos cuatro años. Queremos que reduzcan las partidas de cooperación al desarrollo, todas las duplicidades que existen dentro del ayuntamiento… Lo que queremos es ir quitando grasa política y todas esas cuestiones que encarecen la gestión administrativa.

Habla de la «grasa política» pero en el Gobierno de Aragón, donde está Vox, se han aumentado los gastos de estructura.

Sí, pero es algo en lo que nosotros no hemos intervenido. Y yo me refería a muchos organismos autónomos y patronatos que pueden disminuirse. O el hecho de que se estén prestando determinadas competencias por parte del Ayuntamiento de Zaragoza que, a su vez, también está prestando la DGA. Hay que simplificar la administración porque ahora mismo es una de las pocas fórmulas de ahorro que tenemos.

Ha mencionado también la cooperación al desarrollo. Con guerras en Ucrania, Gaza y África, ¿no le da apuro pedir que se recorte en esta partida?

Sinceramente no, porque no estamos en contra de la cooperación al desarrollo, pero creemos que no es una competencia municipal, sino del Gobierno de la nación porque el ayuntamiento no tiene capacidad para controlar si las subvenciones que otorga a las oenegés llegan a su destino final.

Usted fue concejal del PP. ¿Cómo lleva el debatir con sus excompañeros?

Bien. Yo sigo defendiendo lo mismo que cuando estaba en el PP. Yo me fui muy decepcionado cuando después de haber tenido una mayoría absoluta, el Gobierno de Rajoy no derogó la ley de Violencia de Género, que es una aberración jurídica, ni la ley de Memoria Histórica… La legislatura pasada estuvimos gastando tiempo y dinero discutiendo sobre los nombres de las calles por el tema de la memoria democrática. Demonios, no podemos estar a estas alturas perdiendo el tiempo con estas cuestiones. Después de la Transición, la ley para la reforma política, la amnistía y la Constitución, todas esas heridas estaban cerradas. ¿Por qué la generación que no vivió la guerra ni la posguerra se empeña en reabrir aquello?

Porque quedan miles de muertos en las cunetas, entre otras cosas.

El Supremo ha reconocido ya el derecho de las familias a recuperar a sus familiares enterrados. Pero con ese buen propósito, que es lo que yo llamo la perversión de las causas nobles, se ha creado una ley de memoria revisionista y manipuladora. Y la chiringocracia que se ha creado alrededor.

Chiringuitos. Abascal es vicepresidente de una fundación que se sustenta con fondos públicos.

Todos los partidos políticos tienen una fundación que sirve como órgano pensador. Tienen una labor cultural y programática.

Como hacen muchas asociaciones memorialistas en las que además la Administración delega para desenterrar a los fusilados que siguen en fosas.

No es lo mismo.

¿Vox es ultraderecha?

Categóricamente no.

¿Y no hay gente de ultraderecha en Vox?

Sí, seguramente sí. Como también las habrá en el PP y como Pedro Sánchez es ahora podemita y no socialista.

Pero a usted le hemos escuchado defender en el pleno del ayuntamiento que la actual directora general de Justicia de la DGA, Esmeralda Pastor, haya posado con una bandera franquista.

Ese escudo estuvo vigente en España hasta 1982. De hecho la edición facsímil de la Constitución lleva ese escudo en su portada. No es un escudo inconstitucional.

Pero más allá de la constitucionalidad del escudo, todos entienden qué significa ese escudo.

Bueno… Eso son opiniones en las cuáles yo no me meto. Ese escudo no es anticonstitucional, no es oficial y ya.

Usted ha sido crítico con la figura de Natalia Chueca. ¿Hubiera preferido que la alcaldesa hubiese sido María Navarro?

No me voy a pronunciar al respecto. Si he criticado a Natalia Chueca es porque a veces da una imagen de frivolidad que es incompatible con su cargo, pero estoy convencido de que esa imagen se va a ir corrigiendo.